La mutación de Verstappen: de aprendiz a serio aspirante a campeón

26/10/2021 15:14

Max Verstappen y Red Bull ganaron la partida a Lewis Hamilton y Mercedes, cuando el pronóstico parecía que indicaba que sucedería lo contrario. 

Ya antes del Gran Premio de Turquía pensé que el título acabará siendo para Max. En el ánimo pesaba el hecho de que si Lewis Hamilton le había alcanzado y superado fue por los dos encontronazos de Silverstone y Hungría que dejaron al de Países Bajos fuera de juego; dos Grandes Premios en los que Max cedió 34 puntos a su rival, más que por mérito de Lewis.

Ahora, la ventaja de Max es de 12 puntos sobre su rival a falta de cinco carreras para el final del Campeonato. Nada está jugado todavía si tenemos en cuenta que la diferencia entre un primer y un segundo puesto es de siete puntos y no debe desdeñarse el papel de apoyo que Sergio Pérez y Valtteri Bottas pudieran hacer a sus jefes de fila.

Helmut Marko cree que Max necesita dos victorias más para asegurarse la corona. En sus números está el hecho de que cree que en todos los Grandes Premios que quedan se dividirán primer y segundo puesto entre el de Países Bajos y el británico y con ese planteamiento dos victorias le aseguran el triunfo… aunque en una de las tres carreras que faltan haga tercero.

Y México, tradicionalmente favorable a Red Bull a causa de la altura, puede ser –cruzarán los dedos los austríacos– la primera de ellas.

Pero, dejando aparte este planteamiento, lo importante es otro tema. Si Mercedes solía ganarle las partidas estratégicas a Red Bull, esta vez los tácticos de la estrella no acertaron en su decisión o bien los que se ocupan de Max osaron y acertaron. Las diferencias son mínimas, de detalle, pero suficientes.

No está claro si Mercedes debía haber intentado hacer un undercut en el primer stint o haber parado de inmediato después de que lo hubiera hecho Max. Pero mientras en otras ocasiones no dudaron en imponer la ley del muro para que Hamilton parara en contra de lo que pedía el piloto, en esta ocasión optaron por dejarlo en pista… quizás porque vieron en ello la única posibilidad de enmendar el error.

Sin duda, todo eso es importante. Pero me quedó con el cambio de aptitud de Max Verstappen. Parece que ha madurado de golpe. Los que esperaban una carrera agresiva por parte del de Países Bajos, se encontraron con una gestión inteligente en una partida de ajedrez con Lewis, que supo ganar… cuando al entrar en las últimas cinco vueltas la cosa parecía muy complicada.

Max parece que ha tomado nota de lo sucedido en Silverstone, Hungría y Monza, del hecho que si quiere el título no puede permitirse un cero. Sobre todo porque sobre pende la incógnita de si necesitará penalizar por montar un propulsor nuevo, aunque también pende sobre la cabeza de Hamilton.

Posiblemente en Austin Max ha corrido la mejor carrera de su vida –al menos por ahora– y ha corrido a lo Hamilton, con cabeza, con inteligencia, gestionando las gomas. Muy lejos de aquellas tácticas 'gana o revienta' de antaño o de buscar abrirse camino a riesgo de contacto.

En otros tiempos, tras ceder nueves segundos en las nueve primeras vueltas hubiéramos visto el pánico en la conducción de Max, un cierto descontrol; esta vez vimos templanza, la gestión, el juego estratégico.

Austin era la primera final entre Max y Lewis y la balanza se inclinó a favor del de Países Bajos. Max sorpeendió tanto en clasificación que muchos pensaron que Mercedes había trabajado sobre todo en ritmo de carrera y éste era mejor.

Parece como sí Max hubiera estudiado y adoptado algunos de los puntos fuertes de Lewis. Y que éste y Mercedes, tras años de dominio incuestionable, muestren un cierto nerviosismo o preocupación. Max ha asumido que los campeonatos se ganan acumulando puntos, no luchando curva a curva como si fuese la última y decisiva.

Max ahora sabe que tiene las cartas ganadoras: un motor Honda que vale lo que el Mercedes, caballo arriba, caballo abajo; un coches que va bien tanto en pistas de baja carga aerodinámica como de alta carga; un Red Bull que cuida lo suficiente los neumáticos, quizás más que su rival, y el haberse dado cuenta que 18 es mejor que cero, que hay que correr con la cabeza.

Antes tenía la duda de si el Campeonato acabaría a golpes después de ver tres accidentes en las últimas seis carreras. Ahora creo que no… aunque la desesperación puede provocar cualquier cosa.

Todos pensamos desde el primer momento que Max tenía madera de gran campeón… pero faltaba este catalizador que permite la combinación de materias primas para obtener el producto deseado. Creo que lo ha encontrado.