El sprint final del 2018 de Fernando Alonso

Dos carreras complicadas -los dos Grandes Premios- pero muy emotivas porque ponen punto final a una historia comenzó en 2001, hace nada menos que 17 años, cuando Fernando debutó con Minardi en la Fórmula 1.

Y otra –Shanghái– en la que el único posible es la victoria. Objetivo no sólo asumible y alcanzable, sino deseable con el fin de mejorar sus opciones al título Mundial de Resistencia. Recordemos que es líder por ahora junto sus compañeros Sébastien Buemi y Kazuki Nakakima, pero que al campeonato le restaran tres pruebas más el próximo año: las 1.000 Millas de Sebring, las 6 Horas de Spa-Francorchamps y las 24 Horas de Le Mans.

Recordemos que uno de los objetivos del asturiano es convertirse en campeón del mundo de las dos disciplinas estrellas de la FIA. De la Fórmula 1 ya lo es y por partida doble. Luego está el WEC. Eso antes de afrontar el reto americano de la IndyCar, al menos en clvae Indianápolis, que parece el paso lógico y deseado para completar la Tripe Corona.

De momento, Alonso ya sabe quiénes serán sus rivales en la manga china del WEC. Por supuesto los más temibles serán Kobayashi, Conway y López, los pilotos del otro Toyota. Ninguno de los LMP1 privados, pese a las últimas actualizaciones del reglamento, parece en medida de plantar cara a los dos Toyota Hybrid oficiales, aunque los Rebellion estarán ahí para plantar batalla.