Correr en agua, ¿problema técnico o deportivo?

¡¡¡Cuán largo me lo fiais!!!

Está claro que la Fórmula 1 debería actuar de inmediato en este sentido porque tal como van los caprichos climáticos, es posible que la situación se repita varias veces en estos tres próximos años y quizás la solución no esté tanto en las reglas técnicas como en las deportivas.

No debemos llegar a lo que ocurre en MotoGP, que todos los pilotos tienen en boxes una moto de agua y paran a cambiarla si es necesario. Pero en dos ruedas es complicado pensar en cambios de neuático sobre la marcha porque serían muy lentos.

Tras Spa fueron muchos los expilotos –también pilotos– que lo primero que hay que hacer es abolir la absurda regla del parque cerrado. Algo imprescindible para poder cambiar la configuración por completo en caso de que la lluvia aparezca el domingo o bien que, tras un sábado pasado por agua, luzca el sol el domingo.

En Fórmula 1, si de improviso se presenta el aguacero a media carrera, se debería poder parar y no sólo cambiar ruedas, sino elevar rápidamente suspensiones y poner más ala.

Tradicionalmente en lluvia se aumentaba la distancia del coche al suelo, se ablandaban las suspensiones, incluso los frenos de carbono eran sustituidos por frenos de acero. Se dulcificaba el mapa motor, reglajes de diferencial e incluso había quien alargaba las relaciones de cambio. Por supuesto, las alas se ponían en configuración de máxima carga e incluso se montaban otras que ofrecieran más carga.

Hoy todo esto no es posible. No por coche, sino por reglamento.

Puede que con los neumáticos actuales y la potencia actual de los motores esto no sea suficiente. Pero se podría actuar incluso en este sentido, simplemente limitando la potencia eléctrica disponible y la recuperación de energía.

Queda el problema de la cortina de agua que lanzan las gomas, especialmente las traseras. El usar un carenado o unas faldillas de goma tras los neumáticos puede atenuar todo esto.

No hay que perder de vista que a los aficionados les gustan las carreras con agua. Introducen un cierto grado de imprevisibilidad, las manos y talento del piloto adquieren un mayor protagonismo, pero está claro que los jefes de equipo lo quieren todo bajo control… y temen la posible factura de chapa y pintura.

Hace años, en Mundo Deportivo, escribí que deseaba carreras con riego por aspersión. De hecho, Bernie Ecclestone lo dijo más adelante. Hace poco más de dos años, en julio de 2019, después de que el agua nos brindara un Gran Premio de Alemania espectacular, lo expuse en SoyMotor.com. 

No, no creo que, como dice Jean Todt, los pilotos piensen como Niki Lauda en Fuji. Lo que piensan es que debe garantizarse un mínimo de visibilidad y el poder tener los coches bajo un mínimo control.