Alonso, Andretti, Honda e Indy: el (pen)último culebrón

Los seguidores de Fernando no lo entienden, se sorprenden y se rasgan las vestiduras: muestran su indignación en las redes sociales. Y aseguran que a los japoneses se les pondrá cara de 'jilipichi' si Alonso gana con Chevrolet.

El acuerdo entre el asturiano y Andretti era algo hecho, pero faltaba lo más importante: el motor. Y Honda, que tiene contrato con Andretti, ha dicho, aparentemente 'no'. 

Hablan de 'venganza', 'ajuste de cuentas' y de que los japoneses pierden una gran oportunidad de marketing por el tirón que tiene Fernando Alonso, por los seguidores que tiene. Y se apoyan que no hay nada oficial todavía, cruzando los dedos para que los 'japos' recapaciten su posición.

Tampoco había anuncio oficial con Andretti, precisamente porque Michael necesitaba el OK de Honda para poder cerrar el trato. HPD, el brazo deportivo de Honda en Estados Unidos, lo veía con buenos ojos, pero el OK definitivo, desde Japón, no ha llegado. 

Lo que desde nuestro punto de vista occidental puede parecer absurdo o cuanto menos resulta difícil de digerir, no lo es desde el punto de vista de los valores nipones. Esos valores que les hicieron trabajar de una determinada forma en McLaren y ya sabemos cómo acabó todo. 

No. La razón no está en que Fernando calificara al motor japonés como un propulsor de GP2, ni en que sus palabras trascendieran el ámbito privado -el asturiano sabía que todo lo que se dice por la radio es susceptible de ser aireado públicamente- sino que es más profunda. 

Los japoneses tienen a Fernando como una de las causas de su ruptura con McLaren, incluso quizás como la causa clave, el hombre que cuestionó el propulsor japonés, convencido de que no les llevaba a ninguna parte... o que tardaría tanto en hacerlo que para él sería ya tarde.

Es algo que el propio Éric Boullier, entonces al frente de McLaren, dijo en su momento que apostaron por el cambio al motor Renault ante el temor de perder a Fernando. 

Para los japoneses, la afrenta es importante. La de Fernando y la de McLaren. Y no debemos olvidar un tema importante: el pasado año McLaren no pudo ofrecer a Fernando un motor coche de Indianápolis con motor Honda vía Andretti precisamente porque Honda se negó a ello: "No tenemos motores para un coche más", dijeron. Y se improvisó un fiasco espectacular: Fernando no se clasificó.

O sea que en cierta forma Andretti y Fernando han tropezado con la misma piedra, esta vez sin McLaren. Una McLaren que para 2020 ha creado equipo propio fusionándose con la estructura de Sam Schmidt al ser inviable hacerlo con Andretti.

Y el caso se complica por la vinculación de Fernando con Toyota. Es cierto que se desligó del proyecto WEC de los japoneses, pero ha corrido el Dakar con ellos y más recientemente ha hecho una prueba con el Yaris GR que próximamente lanzará al mercado Toyota y cuyo video circula a todo trapo por las redes sociales.

¿Dará Honda marcha atrás? Es difícil decirlo. La búsqueda de la opción ganadora puede obrar milagros. Ya hizo que Ron Dennis y Fernando volvieran a unirse en 2015 tras todo lo sucedido en 2007, que costó a McLaren la exclusión del campeonato y una multa de 100 millones de dólares. Pero Dennis necesitaba un piloto puntero, capaz de ganar y que convenciera a Honda, y el otro necesitaba un proyecto competitivo, potencialmente ganador, una vez abandonaba Ferrari.

Si es cierto que, de cara a Indy, Honda tiene varios potenciales ganadores en sus filas, incluso exganadores de la prueba. La situación actual con la del retorno a McLaren 2015 no es comparable. Otra cosa es que pueda ser inteligente para Honda dejar los problemas atrás y ser magnánimos en pro de su propia imagen.

Así es como veo la situación en este momento, sin tener toda la información –las partes han sido discretas respecto a sus conversaciones–. Puede pasar de todo todavía, pero habrá que esperar para ver cómo se desarrolla el culebrón. Si Honda reconsidera su postura o si Fernando da forma a una alternativa. De lo contrario, el asalto a Indy quedará para 2021.