Alonso, Alpine y Aston Martin o el estallido de la triple en cuatro días

03/08/2022 09:47

El acercamiento de Lawrence a Fernando Alonso viene de lejos. Ya hablaron de ello en 2020, cuando Alonso quería volver y todavía no había llegado al acuerdo con Alpine. Parece que retomaron contactos y tendieron puentes de nuevo cuando Fernando buscaba prolongar su carrera y debía negociar con Alpine.

Aston Martin no estaba seguro de la continuidad de Sebastian Vettel. Para Stroll, tener un gran nombre en su coche es vital, cuestión de imagen y prestigio. Quizás incluso soñó con una pareja Vettel-Alonso, sacrificando el asiento de su hijo, Lance, y quizá por ello comenzaron a hablar de nuevo con Fernando. Algunos dicen que el acuerdo, incluso un precontrato o el mismísimo contrato, se firmó hace algunos meses.

Pero todo se precipitó tras Paul Ricard. Vettel dudaba de su continuidad y esto se notaba en su toma de posición respecto a diversos problemas sociales. Su rendimiento, por otra parte, no cumplía las expectativas… aunque a decir verdad el coche, tampoco.

Y Alonso tenía claro cuáles eran sus condiciones y que Alpine no estaba por la labor de aceptarlas, pese a los 'mensajes' que, a través de declaraciones, unos y otros se mandaban.

Alonso quería un 2+1 y Alpine sólo un 1+1 y a su favor. Tampoco parece que el dinero que los franceses ponían sobre la mesa estuviera a la altura de lo que Alonso deseaba tanto por su valor como bicampeón como por su valor mediático, que también cuenta.

Stroll, por el contrario, no dudó en ofrecer al asturiano lo que deseaba: un contrato a largo plazo –un 2+1 o quizás un 1+1+1– y unos 20 millones de euros de ficha y además, no parece que las exigencias a nivel de imagen sean excesivas.

Es cierto, deportivamente 'descender' a Aston Martin es un paso atrás, aunque el potencial de crecimiento esté ahí y posiblemente Stroll –que tiene el apoyo de la petrolera árabe Aramco– parece dispuesto a invertir lo que haga falta… como si llevar a Aston a la victoria fuera la culminación de su éxito empresarial más que añadir una guinda al pastel.

La decisión final, aparentemente, se tomó durante el Gran Premio de Hungría. Briatore iba de 'motorhome' en 'motorhome', saludando aquí y allí. Alonso –según Alpine– seguía dando seguridades sobre su continuidad y aquella frase de –"si hay voluntad, dos se ponen de acuerdo en diez minutos"–, que parecía dirigida a Alpine… quizás era un mensaje a Stroll o una pista sobre lo que avecinaba.

El lunes por la mañana, a Laurent Rossi, Otmar Szafnauer y Laurent Rossi se les agrió el café del desayuno cuando leyeron la noticia; habían quedado –como vulgarmente se dice– con el culo al aire. Otmar ha llegado a decir que se enteró por la prensa de la noticia y después justificaron el no ceder a las pretensiones de Fernando: "Schumacher, a los 42, no rendía igual que los 36".

Aston Martin ha jugado bien sus cartas. Ha conseguido un nombre. Un piloto que es capaz de ayudar en la evolución técnica posiblemente como ninguno. Y sobre todo, un piloto que es capaz de dar el 110% y atraer la atención mediática.

¿Sale ganando Alonso? Estos dos días he recordado a aquellos grandes jugadores de fútbol que a la postre de su carrera en lugar de retirarse en el club de toda la vida, deciden firmar por algún club de Arabia Saudí, Estados Unidos, Japón o China. Hacer la caja final, seguir siendo líderes y disfrutar del fútbol, antes del adiós definitivo.

En cualquier caso, han sido cuatro días en los que unos amantes consumaron su destino sin que la pareja de uno se enterase y en el que se ha producido la salida de escena de un tercero. Ese tercero, Vettel, salió porque sabía lo que pasaba o fue el detonante para que los dos amantes unieran su futuro.