Alex Palou, el hombre que emocionó a Adrián Campos

He recordado estas palabras que en su día me dijo Adrián Campos cuando decidió dar una oportunidad a Alex Palou subiéndolo a GP3 pese a que el piloto de Sant Antoni de Vilamajor no podía aportar los apoyos que normalmente se piden a los pilotos en esta categoría.

Hoy, desde allí arriba, Adrián debe sonreír feliz, más feliz que nunca. Los dos pilotos españoles con mejor palmarés son, en cierta forma, obra suya. Él les dio la primera oportunidad en automovilismo. Fernando Alonso y Alex Palou. Uno, con una carrera meteórica hacia la F1, dos veces campeón del mundo, dos veces ganador de Le Mans; otro, con tres títulos de IndyCar.

El ascenso de Palou ha sido más complicado y largo que el de Fernando. Los dos tienen algunas cosas en común: son ‘killers’, saben leer las carreras, tienen siempre la cabeza muy fría y no se rinden nunca, y cuando están al volante no se preocupan de ‘si yo tuviera esto como fulano’ sino de hacer volar, sacar el máximo partido al ‘cacharro’ sobre el que van sentados. Más, tienen pasión por las carreras –Alex incluso tiene un equipo de la Eurocup-3 y Alonso, además de apoyar a kartistas, tiene una empresa de gestión de pilotos– y los dos proceden de familias que no hubieran podido afrontar sus carreras deportivas. Sin Adrián, estos talentos se hubieran perdido, seguro.

Hay también diferencias de carácter importantes. Uno tenía claro que quería correr en F1. Otro, siempre ha dicho que su objetivo era la IndyCar, porque veía la F1 cerrada para los pilotos que no estaban en la ‘pirámide junior’ de algún equipo. Más introvertido uno, acorde con el paddock de la F1; más espontáneo el otro, de acuerdo con el ambiente de IndyCar.

La carrera de ascenso a la IndyCar de Alex ha sido más sinuosa, más larga, con momentos complicados: ida, vuelta e ida a Japón como estación de paso.

No sé si Adrián fue quien inculcó a Palou la ‘vía americana’. Es posible, porque sabía de qué se trataba, no en vano su hijo, Adrián Jr, el actual ‘team principal’ de Campos Racing, hizo sus pinitos en lo que hoy sería la Indy NXT, la segunda división o la categorías de acceso a IndyCar.

Cuando falleció Adrián, en 2021, le escribí una carta póstuma: "Adrián, puedes sentirte orgulloso de lo que lograste". Me quedé corto. Me faltó añadir "y de un legado que aún logrará más".

Algunos pueden pensar que Adrián fue ‘el nieto del Sr. Sunyer’, que eso le llevó a la F1. Pero Campos fue algo mucho más que eso, porque supo abrir puertas, fue constructor (un F3 con el que corrió, el que lanzó a Jorge Martínez Aspar, impulsor del Circuit de Valencia, intentó el equipo español en la F1). Y por sus manos han pasado algunos de los mejores pilotos españoles: además de Alonso y Palou, también Marc Gené o Antonio García, por ejemplo.

Yo lo dijo entonces Cristóbal Rosaleny, nuestro ‘dire’, con ocasión de su fallecimiento: "Es un personaje clave de nuestro automovilismo".

Su legado sigue en marcha. Hace 26 años fundó Campos Racing. El pasado año repasamos su trayectoria y quizás no nos damos cuenta de todo lo que se ha conseguido a partir de su empuje.

Sonríe, Adrián. Saborea este momento… que no será el último.