2 días para el Dakar: del cojín Nubolo de Isidre Esteve al asiento atenuador de impactos de Dacia

"Sin él no podría correr el Dakar, imposible, acabaría totalmente llagado”, explica Isidre. Parapléjico, no puede contar con su cuerpo, con su torso, con sus piernas, para absorber las irregularidades del terreno, golpes, baches, saltos.

“Nubolo es un cojín antiescaras de aire con un sistema electrónico de movimiento destinado a favorecer la circulación sanguínea y así disminuir el riesgo de padecer úlceras por presión.

Isidre vivió el problema de forma cruel en su primera participación en coches, una vez superada la dura recuperación tras su caída en moto en un rally raid español que lo dejó parapléjico. “Sin sentir nada desde la altura del pecho”. Afrontó la prueba con un cojín normal, pero no fue suficiente. Quiso acabar aquel Dakar y lo pagó muy caro: una gran cantidad de llagas y tremenda infección en sus glúteos que le mantuvo prostrado en cama durante todo un año.

Fue allí donde Josep María Lloreda, el patrón y alma de KH7, patrocinador de Isidre entre otros pilotos –y seguidor del Dakar sobre el terreno– tomó una decisión. No podía ser, no podía suceder, había que idear algo. Reunió un grupo de médicos e ingenieros en torno a Isidre y comenzaron a poner en práctica el cojín inteligente, que llamaron Nubolo, Unos sensores diseminados por el cojín varían la presión de cada uno de los múltiples ‘montículos’ en los que sea apoyan los glúteos y van absorbiendo parte de este esfuerzo, un cojín ‘con células de aire dinámico. “La piel se torna muy fina y al final cualquier roce trae problemas”, señala Isidre.

Este problema también comienzan a notarlo pilotos y copilotos, sobre todo en los aterrizajes tras un vuelo. Las lesiones en la espalda, en la columna, no son infrecuentes.

Oriol Vidal, copiloto habitual de Rokas Baciuska y campeón del mundo en T4, lo sabe muy bien: el Dakar ha acabado para él a causa de una lesión en la espalda en el Dakar del pasado año. “Todo comenzó en la etapa de 48 horas, tras un aterrizaje complicado tras saltar una duna. Comencé a sentir dolor cervical, pero el final de la prueba estaba cerca y confíe que con el descanso se me pasaría”. Pero la Baja Hail, ya con un Toyota, la lesión pasó factura. Todavía corrió dos o tres pruebas más y aprovechó los dos meses de parón para rehabilitación, pero en la Baja Aragón volvieron los dolores, calambres, nauseas.

Fue tras un test con el Can-Am, estaba claro: el Dakar se había acabado para él. Hoy, a sus 31 años, inicia una nueva aventura, como ciclista. Siempre le gustó la bicicleta, pero era un sueño aparcado por el Dakar y su rol de ser uno de los mejores copilotos de la especialidad.

Dacia llevará en sus Sandrider unos asientos especiales, que absorberán parte de los impactos, un ‘atenuador de asiento’, diseñado para reducir estos riesgos. Un sistema que está llamado a ser obligatorio en los próximos años, a priori en 2027.

El ‘atenuador’ debe absorber los impactos del terreno, especialmente en los grandes saltos. Impactos que se producen cuando las suspensiones suben y bajan bruscamente. Los tres coches –Nasser, Sebastian y Cristine, junto a sus respectivos copilotos– llevarán el sistema.

“El asiento no está fijado de forma rígida. En condiciones normales parece fijo, pero lleva un sistema de amortiguación. Cuando el coche sufre un impacto vertical que supera un cierno nivel, el asiento se mueve un poco hacia abajo y absorbe el impacto”.

Prodrive ha desarrollado el sistema y es el único equipo que lo lleva, “pero a partir de 2027 lo llevarán todos los coches nuevos”, aunque a buen seguro lo llevarán ya muchos el próximo año. Es una forma de evitar lesiones, dolor… y ayudará a que los pilotos mantengan el ritmo. Se ganará en seguridad, sí, pero también en competitividad.

Un detalle: los camiones y autobuses que vemos en nuestras calles y carreteras van equipados, de serie u opcionalmente, con un sistemas de suspensión neumática en sus asientos. Sus conductores pasan largas horas al volante y eso favorece el confort. Y es que los traqueteos con un vehículo que pesa algunas veces hasta 40 Toneladas pueden pasar fácilmente factura.