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Toyota no sólo tiene un prometedor presente en el motorsport, sino también una exitosa historia. En la actualidad el proyecto del WEC con las 24 horas de Le Mans como epicentro y su regreso al Mundial de Rallies (WRC) con un Yaris 1.6 Turbo de cara a 2017 son las dos grandes apuestas globales de la marca japonesa. Sin embargo, como marca la tradición nipona, Toyota no reniega de su pasado. Es más, siempre que puede recuerda otras épocas vividas en el mundo de la competición.

Los últimos años no han sido fáciles para TVR. A pesar de mantenerse como una empresa independiente y haber sobrevivido como marca, los 'tejemanejes' de Nikolay Smolensky afectaron al fabricante británico de deportivos. Sin embargo, esta situación parece que poco a poco se está revirtiendo y de la mano del nuevo grupo inversor dirigido por Les Edgar, la marca parece resurgir de sus cenizas. De hecho, desde 2013 por primera se habla de afrontar un nuevo diseño y la verdad es que los ingredientes no pueden ser mejores.

Honda es una de los fabricantes más activos en el mundo del motorsport. Su presencia en la F1, Indycar, MotoGP o en el Mundial de Turismos así lo acreditan. Y una de las premisas que comparten todos los programas deportivos del gigante japonés es conseguir éxitos de la mano de innovaciones tecnológicas. Aunque actualmente ninguno de estos proyectos pasa por sus mejores momentos, todos ellos presentan sistemas y tecnologías que ayudan a mejorar muchos aspectos de los vehículos y motocicletas que llegan a nuestras calles.

Toda marca que tenga un interés serio en el mundo del motorsport necesita un Programa de Jóvenes Pilotos. Captar talentos, formarlos, hacerles competir en distintas categorías de promoción y llevarlos al éxito en los campeonatos más importantes. Sobre el papel, las 'canteras' de Toyota, Ferrari o Mercedes son idénticas. Sin embargo, este formato tiene un punto discordante. Se trata de la Nissan GT Academy, un concepto revolucionario por su base, su estilo y su destino.