Última Pole para Rosberg, Kimi 3º, Sainz 10º y Vettel fuera en la Q1
Las últimas cucharadas de una tarrina de helado son las que mejor saben porque sabes que son las últimas. Después de esas ya no habrá más. Por eso nos regodeamos en saborearlas todo lo posible. Y, aunque sus ingredientes no hayan sido del gusto de su afición, lo mismo ocurre con los últimos destellos de la Fórmula 1. Hay que vivirlos al máximo porque luego nos espera un largo letargo hasta su regreso.
Y, desde luego, que con acción como la que hubo este sábado en Abu Dabi diremos hasta pronto al Mundial con un mejor sabor de boca. Eso sí, esperando que cambien unas cuantas cosas para el año que viene. Pero dejemos ese debate para otro momento, y es que hay mucho que contar de la última clasificación del año, empezando por el prinicipio. Sí, por la Q1. Esa en la que Manor da su único baile del día y en la que pocas sorpresas se esperan.
Y eso es lo bueno, porque cuando hay alguna no es una sorpresa, sino un bombazo. Y esta vez hubo un par. El primero llegó de la mano de Alonso y su McLaren. Es cierto que este año ver a Fernando caer a la primera de cambio ha sido habitual, ha pasado en ocho ocasiones, pero la de Yas Marina ha sido de las más injustas e inesperadas. Cuando venía mejorando su vuelta y con la Q2 como objetivo, pisaba una pieza de la pista pinchando su rueda trasera izquierda.
Mala suerte que acabó con el mismo resultado que una mala decisión, la que tomaron en Ferrari con Vettel. Se pensaron que con el tiempo registrado con neumáticos blandos era suficiente para pasar el corte, lo que les funcionó con Kimi, pero el crono de Seb era cuatro décimas peor y no le fue suficiente. Cuando se quisieron dar cuenta de su fallo y montaron los superblandos para salir a pista, ya era demasiado tarde y el alemán caía con estrépito.
Desde esas posiciones retomarán mañana su particular guerra, la que sin duda será uno de los puntos candentes de la carrera. El otro, claro está, lo veremos en el duelo al sol que terminará de noche entre las estrellas más luminosas, las de plata. Hamilton fue dispuesto a regresar al lugar que solía dominar hace ya unas cuantas carreras, antes de Japón, y fue primero en las dos primeras sesiones clasificatorias. Pero Rosberg mostró en los libres sus fortalezas y no falló.
En el primer asalto de la Q3, Nico se puso en cabeza tras un fallo de Lewis en el tercer sector. Después, el británico le mejoró amenazando la sexta Pole consecutiva de su compañero, pero el alemán pasó por meta y registró un crono casi cuatro décimas mejor que el del tricampeón. Así, manos en alto para Rosberg por séptima vez este año y cara larga de Hamilton, que sigue con la mirada baja desde que alzó los brazos más altos que nunca en Austin.
No hay duda que Lewis tratará por todos los medios de lucir su corona el domingo desde lo más alto de su trono. Veremos qué dice Rosberg y la estrategia de Mercedes… El siguiente momento destacado del día lo encontramos en la Q2, en la que Sainz cogió guantes, varita y chistera para sacarse de la manga una vuelta enorme que le llevaría a la décima posición final por un margen ínfimo de 39 milésimas sobre Verstappen. Heridas de las que duelen.
Los Williams con Hülkenberg entre medias y Kvyat, que pudo clasificar tras sus problemas en los Libres 3, se repartieron el resto de posiciones del Top 10. A dos décimas de él se quedó Button, lo que todavía hace más doloroso el pinchazo de Alonso. Grosjean sufrió el enésimo fallo de su Lotus este fin de semana y Merhi un comportamiento inexplicable de su Manor. Nos queda un último día de F1 en 2015. Cojan la cuchara y saboréenlo.
