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Ross Brawn apunta al hidrógeno como el futuro de la Fórmula 1

17/07/2021 10:30

Ross Brawn ha abierto la puerta a que la Fórmula 1 se pase al hidrógeno cuando llegue el momento de abrazar la movilidad libre de emisiones, aunque ha descartado que eso ocurra con la normativa de motores que entrará en vigor en 2025.

Esta transición podría ocurrir en 2035, que es cuando se prohibirán en Europa y el Reino Unido la comercialización de vehículos con motores de combustión. Es lógico pensar que, cuando llegue el momento, la Fórmula 1 no le podrá dar la espalda al mundo.

A corto plazo, la categoría reina quiere abanderar la transición a la movilidad sostenible de la mano de los combustibles bajos en emisiones, los combustibles sintéticos.

Pero el director deportivo de la Fórmula 1 abre la puerta a que a largo plazo la competición también abandone los motores 'de toda la vida'.

"Quizá el hidrógeno es la opción para la Fórmula 1. Podríamos mantener el ruido y la emoción, pero avanzar hacia una solución distinta", ha dicho Brawn en declaraciones recogidas por la BBC.

El hidrógeno se perfila como la tecnología del futuro para los vehículos industriales y el transporte de mercancías por carretera, aunque los coches de calle están encaminados a ser eléctricos de batería. Todos los grandes fabricantes así lo están enfocando en sus inversiones.

Es una opción que ya apuntamos en febrero, incluso señalando que sería posible combinar el hidrógeno con un motor térmico que no emitiría dióxido de carbono, sino sólo vapor de agua.

Es algo que todos los motoristas admiten y que ahora, con lo dicho por Brawn adquiere relevancia porque la Fórmula 1 está discutiendo las nuevas reglas de motores, en las que debe marcar una línea clara de futuro.

Cabe recordar que Toyota ha probado recientemente esta vía en competición, alineando un Toyota con motor de hidrógeno en las 24 Horas de Fuji.

Brawn sostiene que los nuevos motores de 2025 o 2026 serán híbridos, porque deben transmitir el mensaje del camino de la electrificación que se anda en la industria. Y porque "nuestras carreras duran hora y media con coches de 1000 caballos de potencia. Somos la cúspide del automovilismo. Y esto por ahora implica el usar energías fósiles", al menos a corto plazo.

Brawn es escéptico sobre una Fórmula 1 completamente eléctrica por la durabilidad de las baterías cuando son sometidas al estrés de la competición, "porque no queremos que nuestros pilotos estén pendientes de gestionar la energía, de conseguir que la contenida en la batería dure hasta final de carrera o para conservar suficiente energía para atacar en las últimas vueltas. Esto es algo que no haría vibrar a los aficionados. A día de hoy no hay solución eléctrica posible".

Aun así, 2035 queda tan lejos en el tiempo que es imposible prever cómo evolucionará la industria a lo largo de este periodo. Y categorías como la Fórmula E ya están planteando introducir recargas ultrarrápidas en boxes a modo de repostaje, por lo que no sería descabellado que la Fórmula 1 siguiera el mismo camino llegado el momento.

Brawn reiteró que las emisiones de los Fórmula 1 durante un Gran Premio son irrelevantes en relación con todas las emisiones que la categoría genera. Inferiores claramente al 1% y señaló que el grupo de las emisiones se producen por la logística y los desplazamientos, algo que se quiere afrontar próximamente.

Ya hace un año se habló mucho de usar camiones 'limpios', eléctricos o mejor a hidrógeno, para los desplazamientos, algo que será posible en cuanto Europa comience a tener una red de hidrogeneras suficiente.