EL SUCESOR DEL MCL33

McLaren empieza a trabajar en el MCL34 de Sainz y Norris

11/10/2018 14:42

La temporada 2018 da sus últimos pasos y es hora de centrarse en el próximo año. En McLaren ya trabajan en el desarrollo del MCL34, un monoplaza que seguirá con el prefijo 'MCL', que marcó el comienzo de la era de Zak Brown y el adiós a los coches MP4 de Ron Dennis.

Mientras el equipo afronta sus últimos cuatro Grandes Premios, en Woking ya llevan miles de horas desarrollando el coche de 2019, el MCL34. El equipo británico ha decidido compartir con sus aficionados cómo va el proceso y cuáles son los pasos que han dado hasta ahora, empezando por la fabricación del monocasco, la célula de supervivencia que aloja al piloto.

"Sobre un mes antes de comenzar con la fabricación del primer monocasco, recibimos los primeros diseños detallados de la oficina de dibujo y tenemos una reunión de lanzamiento de proyecto en la que revisamos el programa del año pasado, hablamos de lo que aprendimos, de lo que no funcionó, lo que nos gustó, lo que deberíamos evitar y de cómo podemos mejorar", ha señalado el jefe de Fabricación de McLaren, Gerry Higgins.

© McLaren

 

Para trabajar es necesario crear un patrón de la forma y las dimensiones del monoscasco, un trabajo que lleva unas dos semanas. De ahí saldrá un molde de fibra de carbono. Hacer cada molde llevar una semana y media. Estos dos son procesos clave, ya que ambos suponen la creación de la base del coche. Una vez hecho el molde, se empieza a fabricar el monocasco, que se divide en dos partes –la superior y la inferior– para después unirlas.

 

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El proceso de laminado, que viene justo a continuación, lleva una seis semanas. Durante estos días se trabaja las 24 horas y sólo se reduce el personal los sábados y domingos por la tarde.

Una vez unidas las dos partes, al chasis desnudo hay que añadirle los pontones y otros elementos aerodinámicos que van anclados al monocasco. A continuación, viene la mano de pintura. Por último, se añade la unidad de potencia, la suspensión, el sistema hidráulico y electrónico para dar vida a la máquina. 

 

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"El nivel de complejidad de construir un monocasco aumenta de un año al siguiente, eso tiene que ver con intentar hacerlo más ligero y fuerte. Aprendemos todo el tiempo. Hay mucha interacción entre el personal que lamina y los diseñadores durante el tiempo de fabricación, ya que aprendemos cómo cuadrarlo todo", ha añadido Higgins.

"Una vez que hemos hecho la primera pieza, tenemos la confianza de poder empezar con la segunda, la tercera y la cuarta...", ha explicado Higgins para terminar.

 

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