DESACUERDO CON LA DIRECCIÓN DEPORTIVA

Marchionne: "Brawn es Moisés leyendo los Diez mandamientos"

20/12/2017 08:23

El presidente de Ferrari, Sergio Marchionne, ha seguido atacando al director deportivo de la Fórmula 1, Ross Brawn. Durante la comida de Navidad del equipo, el italiano amenazó con sacar a su marca del Gran Circo por el hecho de que el británico estuviera "buscando formas que van en contra del ADN del deporte".

Sergio Marchionne coincide bastante con el presidente de la F1, Chase Carey, pero no con el director deportivo, Ross Brawn, que asegura que sólo está en la categoría reina para imponer, algo que no gusta nada a la Scuderia.

"Tengo una relación buena con Chase Carey. Nos vimos hace diez días y tuvimos una conversación abierta buena. Lo que no me hace gracia es cuando Ross Brawn llega y anuncia que las azafatas tienen que irse y cómo deberían ser los motores y los chasis", ha comentado Marchionne en declaraciones recopiladas por la publicación alemana Speed Week durante la comida de Navidad de los de Maranello.

"Se comporta como Moisés leyendo los Diez mandamientos y cuando llamo al jefe de Moisés, me dice que simplemente fue su opinión personal, así que no quiero participar en ese discurso. Quiero sentirme y hablar con los involucrados. No ayuda meter en esto a los medios de comunicación", ha añadido.

El presidente de Ferrari confesó que venden actualmente los motores a sus clientes por 15 millones de euros, de ahí su complejidad. Marchionne reconoce que la F1 necesita mejorar y ser más emocionante, pero insiste en que debe existir un factor que diferencie a los coches. Por último, vuelve a amenazar con irse del deporte si el rumbo que sigue la disciplina no es de su agrado.

"Cuando escucho a Ross Brawn decir que los motores son demasiado complicados, pregunto '¿qué quiere por 15 millones?' Liberty Media tiene razón cuando dicen que necesitamos mejorar el espectáculo", ha asegurado.

"No me emocionó lo que ofreció la última carrera, en la que no pasó nada durante 50 vueltas, pero eso no es culpa de los motores. En un mundo ideal, tiraría todas las reglas por la ventana. En su lugar, recopilaríamos sugerencias que nos llevarían a que a los coches sólo se los diferencie por el color. Si esto es la F1 del futuro, entonces Ferrari sólo necesitará tres segundos para decidir marcharse", ha expresado para finalizar.

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