Los 5 mejores momentos F1 2019: el primer podio de Sainz
Del primer podio de Carlos Sainz se había hablado durante años como un buen deseo, como una posibilidad remota. Él mismo había dicho una vez que “era tan difícil como que el Atlético elimine al Real Madrid en la Champions”. Quienes conocían el rendimiento de sus coches sabían que era imposible salvo una carambola que escapaba a su control. Pero en el GP de Brasil, el piloto español firmó una remontada antológica desde la última posición que culminó con su primer trofeo merced a una serie de abandonos y sanciones que lo hicieron posible.
Era un domingo difícil para Carlos. Se había postulado como líder de la zona media en los Grandes Premios anteriores, pero aquel día partía desde la última posición de la parrilla por culpa de un problema técnico en su motor que le impidió participar en la sesión de clasificación. Ante este panorama, terminar en la zona de puntos ya podía considerarse un éxito. Los estrategas se debatían entre una o dos paradas. El madrileño se mantuvo firme en la primera opción, con el compuesto blando para el primer relevo y el medio en el tintero.
El primer stint fue impoluto, como exigían las circunstancias. Dio cuenta de los dos Williams en la salida para ser decimoctavo. Kvyat, Hülkenberg y Pérez cayeron después, siempre en la primera curva del circuito. Especialmente memorable el adelantamiento que le hizo al mexicano, en tanto que se lanzó con una apurada de frenada por el interior sin apenas espacio para completar la maniobra.
LOS CINCO MEJORES MOMENTOS F1 2019
El toque entre Daniel Ricciardo y Kevin Magnussen le aupó a la decimotercera posición, desde la que abordó las paradas en boxes de sus rivales. Duodécimo con la entrada de Giovinazzi, rebasó a Stroll para ser undécimo. Regresó decimoquinto de su pit-stop, pero sus rivales se comprometieron a dos paradas y eso lo devolvió a los puntos. Con un interior a su compañero Norris, asumió la novena posición a falta de 20 vueltas para el final.
En condiciones normales, eso hubiera sido todo. Pero entonces comenzaron los imprevistos. Bottas se retiró con un problema de motor. Carlos era octavo. Tras el coche de seguridad, dio cuenta de Grosjean para ponerse séptimo. El accidente y abandono de Vettel y Leclerc lo situó quinto, mientras que el lance entre Hamilton y Albon le permitió cruzar la línea de meta en cuarto lugar.
Hamilton subió al podio para recoger el trofeo de tercer clasificado, pero los comisarios abrieron una investigación por su accidente con el Red Bull. Dictaminaron que se había excedido en su maniobra y que era merecedor de una sanción de tiempo, que automáticamente convirtió a Sainz en el tercer clasificado del Gran Premio. El madrileño se enteró en el hospitality de su equipo, donde contuvo el aliento porque era objeto de otra investigación por usar el DRS en bandera amarilla. Cuando lo declararon inocente, supo que el resultado ya era definitivo.
El podio de Carlos en Brasil fue la culminación a una temporada sobresaliente que no precisaba de ese adorno para ser considerada como tal. El riesgo que corrió al asumir el liderato de McLaren, antaño un equipo inestable, dio sus frutos. Su liderazgo le valió el respeto de sus ingenieros y sus actuaciones, siempre maduras y constantes, fueron la mejor tarjeta de presentación ante una opinión pública que aún no había descubierto el potencial del español, que no sólo terminó la temporada como sexto clasificado en el Mundial de Pilotos, sino que también era ampliamente reconocido como el tercer piloto más en forma del momento tan sólo por detrás de Lewis Hamilton y Max Verstappen, dos pilotos que competían en otra liga.
