AYRTON SENNA

Brasil 1991: Ayrton Senna y los calambres de la victoria

29/04/2020 09:50

La primera victoria de Ayrton Senna en Brasil llegó con agonía: un fallo en su caja de cambios le hizo tener que completar las últimas vueltas en sexta velocidad. Su cuerpo lo sufrió y los síntomas comenzaron a manifestarse: espasmos y calambres que le complicaron el final de carrera y hasta levantar el trofeo en el podio. ¿Cuál fue la causa de esta reacción?

Senna comenzó a correr en Fórmula 1 en 1984, pero su primera victoria en casa no llegó hasta 1991. El brasileño, ya por entonces bicampeón, llegaba a Interlagos con el reto de romper la 'maldición' de no haber ganado nunca frente a su afición.

El fin de semana comenzaba bien, con una Pole que aprovechó para alejarse del Williams de Riccardo Patrese. Pero cuando faltaban diez vueltas para el final y Ayrton acumulaba una ventaja de 36 segundos sobre el italiano, comenzaron los problemas en la caja de cambios del McLaren de Senna. Estos le llevaron a completar las últimas siete vueltas de carrera en sexta velocidad. Un final a la defensiva, sin casi herramientas y con Patrese cada vez más cerca. Para colmo, a tres vueltas para el final, comenzó a llover.

 

VÍDEO: la emotiva victoria de Senna en Brasil 1991

 

Ayrton se dejó la piel en la pista. El esfuerzo físico fue tremendo. "Me di cuenta de que Patrese se estaba acercando y en realidad pensé que yo no iba a poder ganar. De todos modos, pensé que tenía la obligación de ganar en Brasil y pude controlar la carrera a pesar de la lluvia al final de la carrera. También sufrí espasmos en los músculos y calambres en los hombros y en el cuello porque el cinturón estaba demasiado apretado, pero también por toda la emoción", relató el piloto tras la carrera. 

"No fue la mejor victoria de mi vida, pero sí la que más luché", describió Ayrton tras la clase magistral de pilotaje que acababa de ofrecer.

La emoción y la tensión a la que habían estado sometidos sus músculos había sido tanta que los espasmos continuaron en la ceremonia de podio, delante de miles de seguidores, que veían que Senna tenía dificultades para levantar el trofeo de ganador.

 

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Costó, pero al final rompió la 'maldición' de no haber ganado nunca en Brasil. Y afortunadamente lo haría una vez más, en 1993.