Mazda2 Bio Concept: ¿es el aceite de cocina la alternativa al coche eléctrico?

Este biodiésel de nueva generación, cuya fabricación en masa está previsto que comience en 2025, se denomina Susteo. Su producción a partir de una biomasa procedente de plantas y microalgas permite que, al quemarse, el CO2 que absorben unas y otras durante su crecimiento compensa el que se emite a la atmósfera con un balance global neutro. Esta procedencia hace que el biodiésel de nueva generación no ataque materias primas que provoquen competencia alimentaria o deforestación como sucedía con los anteriores.

Mazda utiliza el Bio Concept como un laboratorio sobre ruedas para explorar las fuentes de energía alternativas al petróleo. En 2050 el fabricante aspira a que el ciclo de vida de sus vehículos sea neutro en carbono. Su última aparición ha tenido lugar en las 24 horas de Fuji, una carrera en la que Mazda ha competido en la categoría ST-Q, la de vehículos especiales no homologados.

El fabricante nipón considera que el campo de los biocombustibles tiene mucho que ofrecer en la transición hacia una movilidad limpia que actualmente se vive. No todo tiene que girar alrededor del coche eléctrico, ya que presenta ciertas dudas acerca de su sostenibilidad. Por ejemplo, ¿la electricidad que se emplea para mover esos vehículos se genera a partir de fuentes renovables? Y las materias primas necesarias para fabricar las baterías, ¿son sostenibles y respetuosas con el medio ambiente? ¿Y qué pasa con los países que todavía no cuentan un suministro eléctrico fiable y universal?

Para Mazda la solución a una movilidad sostenible tiene que venir al dar diferentes opciones en función de la región de la que se trate. El combustible ecológico tiene potencial para ayudar en la descarbonización de la movilidad. La reducción de emisiones de CO2 a lo largo del ciclo vital de un vehículo es notable, y desde luego es aplicable en los motores de combustión actuales, sin olvidar de que es posible mezclar estos carburantes con los fósiles durante el período de transición.

El Mazda2 Bio no es más que una de las líneas de trabajo por las que apuesta el fabricante. El objetivo es, además de producir en masa biodiésel de nueva generación, abrir una planta comercial en 2025. Un poco antes, en 2023, se dará un nuevo paso en las pruebas al poner en liza un Mazda3 con un motor más potente para proseguir con el desarrollo de este carburante.

Los desarrolladores de motores que forman parte del equipo de competición de Mazda han valorado muy positivamente la alta calidad de este biodiésel de nueva generación. De hecho, afirman que "funciona bien con nuestro actual motor Skyactiv-D y se adapta bien a aspectos como el sistema de inyección de combustible".