La IndyCar renueva con los chasis Dallara

"Dallara es un socio fundamental de nuestro éxito y del crecimiento de la categoría", ha señalado Jay Frye, el presidente de IndyCar al anunciar la prolongación de una colaboración que viene de muy lejos

La IndyCar es categoría monotipo en lo que a chasis y aerodinámica se refiere. Todos los equipos usan esta base común y eso es una de las claves de la contención de costos y de la igualdad entre los equipos.

"Esta extensión de contrato proporciona a la IndyCar y a sus equipos continuidad y una plataforma estable de cara al futuro", añadió Frye.

La colaboración comenzó en 1997, es decir hará ya 25 años, con el suministro de la célula de seguridad, mientras que desde 2008 es el proveedor de chasis; en 2012 Dallara abrió fábrica cerca del circuito de Indianápolis y de las bases de la mayor parte de equipos.

Los equipos tienen pocas libertades para innovar, pero pueden elegir entre usar motores Chevrolet y Honda, si bien se trabaja muy duro para poder disponer de un tercer motorista muy pronto. La entrada de un fabricante nuevo puede coincidir con la hibridación de la categoría.

Ésta estaba prevista para 2022, pero se ha retrasado a 2023. Los motores térmicos V6 Turbo de 2.2 litros de 700 caballos de potencia –750 caballos de potencia con el 'push to pass'– actuales dejarán paso a motores V6 biturbo de 2.4 litros y 800 caballos de potencia, mientras que el KERS ofrecerá 100 caballos de potencia extra, quizá no todavía en 2023, pero sí más adelante.

Estos motores nuevos exigirán un chasis adecuado, en el que Dallara ya debe de estar trabajando. Los propulsores nuevos se probarán en pista a mitad de 2022.