VÍDEO: Nick Mason y Brian Johnson, concierto sublime en un Ferrari 250 GTO

Nick Mason y Brian Johnson se unieron una mañana en casa del primero. ¿Les conocen? Uno era el batería del mítico Pink Floyd. El otro, cantante de AC/DC. Cuando dos genios así se unen, evidentemente es para hacer sonar música… sólo que esta vez el instrumento que iban a tocar no tenía nada que ver con lo que normalmente utilizan en los escenarios. Esta vez se decidieron por algo muy especial; para algunos música de órgano, para otros un instrumento de mejor sonido que un Stradivarius, los míticos violines del Luthier austriaco. Los dos ejemplos me sirven. Porque el instrumento que tocaron era ni más ni menos que el de un Ferrari 250 GTO auténtico, una joya que no debe bajar de los 40 millones de euros.

Ambos, Nick y Brian, tienen una pasión por el mundo del automóvil. Nick se ha permitido competir en Le Mans. Brian disputó las 24 Horas de Daytona para celebrar el 50º aniversario de la prueba, con un equipo creado para la ocasión y bautizado como ‘+50’ porque todos sus integrantes tenían más de 50 años. Fue en 2012, antes del nacimiento de SoyMotor.com…. pero nos hicimos eco de ello mientras cubríamos las 24 Horas de Daytona de 2018, acabando 12º. Ha corrido en clásicos en Estados Unidos con un Royale y un Pilbeam.

La pasión de Mason está fuera de toda duda. Ha corrido cinco veces las 24 Horas de Le Mans entre 1979 y 1984. Las ha acabado dos veces, segundo y tercero de la clase Sport 2 litros en 1979 y 1980, y en las otras tres ocasiones, aunque no acabó, se permitió correr con coches espectaculares: un BMW M1 grupo 5, que compartió con el manager de Pink Floyd y también gran aficionado, Steve O’Rourke, un Dome y un Porsche 956.

Mason merece mucha atención, admiración y devoción por parte de los grandes aficionados al motor, a los entusiastas de los años heroicos y los deportivos clásicos… aunque hemos hablado de él sólo cuando destruyó su Mercedes F1 GTR en el Goodwodd Festival. Su faceta de piloto de resistencia es anecdótica frente a la de coleccionista. El Ferrari 250 GTO que compartió con Johnson está en su garaje. Lo compró con 47.000 libras esterlinas en 1977 (el euro no existía pero para que tengan una idea, algo menos de 60.000 dólares) con los beneficios del albúm 'The Dark side of the Moon'. Hoy valdría no menos de 40 millones de euros.

Junto al GTO tiene muchos otros Ferrari. El Enzo que compró lo vendió para hacerse con un LaFerrari, pero conserva un 250 LM, un Ferrari BB LM, un 512 S, creo también conserva un F40. Otras joyas que tiene son el Bugatti Type 35, el McLaren F1 GTR, un Jaguer E, un Maserati Type 61, un Alfa Romeo 8C, no se si todavía tiene el BRM P30… y, por supuesto, conserva el Bentley 4 ½ con el que había corrido su padre, que de ahí viene su afición. Tras retirarse de las pistas siguió corriendo en Clásicos –hubo una ocasión en la que alineó tres Ferrari, uno para él, otro para su mujer y otro para su hija–.

No sólo eso, sino que Manson es considerado toda una autoridad en el mundo de los clásicos. Tuvo columna propia en uno de los más prestigiosos mensuales del automóvil británicos y Audi le confió uno de sus míticos coches de Gran Premio de finales de los '30, aquellos coches de motor central de V12 que diseñó Porsche, en el Goodwood Festival. Ha escrito un par de libros sobre automovilismo: 'Into the Red', donde cuenta sus vivencias, y 'Passion for Speed, twentyfour Classic Cars'.

"No me pregunten si lo vendere algún día. Me lo preguntan cuatro o cinco veces al mes. Cuando lo compré era un joven rico. Ahora soy uno de los propietarios de GTO más ancianos y pobres", dijo en una entrevista a RuoteClassiche. Porque cada coche para él es un juguere y los restaura personalmente, al menos en todo lo que puede. De hecho, para el 512 S empleó cuatro años.