40 años del TAG-Porsche, uno de los mejores motores de la F1

La presencia de Blume sirvió para alimentar una vez más los rumores de un posible desembarco de Porsche en la Fórmula 1 o al menos del Grupo Volkswagen visto que Audi también asistió a las reuniones. Rumores que en ocasiones recientes se habían desmentido formalmente, pero que ahora pueden –por fin– tener un viso de cierta realidad o al menos la posibilidad de serlo.

Porsche ha estado en tres periodos involucrada en la F1, pero sólo ha tenido éxito en uno, cuando hizo el motor para McLaren financiado por TAG-Heuer.

En la primera, entre 1958 y 1964, estuvo de forma completa, es decir con coche y motor y además en ocasiones con coches adicionales privados. Comenzó con un 550 RSK modificado, con puesto de conducción central y carrocería completa, faros incluidos privados y coches de Fórmula 2 en 1957, para dar paso a los 718 y 787 con motor Flat 4 de 1.5 litros y 180 caballos de potencia, derivado del F2. En 1959 diseñaron un coche prometedor, el 802, con motor Flat 8 de 190 caballos de potencia, refrigerado por aire y suspensiones por barras de torsión. Dan Gurney ganó el Gran Premio de Francia y fue tercero en Alemania, pero cesaron su desarrollo porque se anunciaron algunos cambios de reglas para el año siguiente y decidieron abandonar la F1, aunque los 'viejos' 718 y 787 continuaron en pista hasta 1964 de forma esporádica en manos en manos privadas.

Fue en 1981 cuando Porsche tomó la decisión de volver. O, mejor dicho, aceptó el encargo de Ron Dennis de construirle un motor que iba a financiarse por el que pronto sería su gran socio en McLaren, Mansour Ojjeh, el famoso TAG-Porsche

El famoso ingeniero Hans Mezger se ocupó del proyecto: un V6 biturbo de 1.5 litros que daba inicialmente 700 caballos de potencia, que en sus últimas versiones llegó a los 900 caballos de potencia. Era un motor ligero, de dimensiones compactas y además muy fiable.

Su debut en pista fue a finales de 1983, en el que disputó sólo los cuatro últimos Grandes Premios y no parecía que ofreciese muchas promesas. No acabó ninguna de las carreras –roturas y accidentes– y en sólo una ocasión se clasificó en el Top 10, en décima posición. No parecía un buen comienzo.

Pero en 1984 el motor pareció otro, quizás porque estaba instalado en n chasis adecuado, el MP4/2, quizás por las modificaciones completadas. Ganó cuatro de las cinco primeras carreras –en la segunda abandonaron los dos– y Niki Lauda llevó el coche al título por sólo medio punto de ventaja sobre Alain Prost, su compañero.

Las dos temporadas siguientes fueron de nuevo campeones gracias a Alain Prost, también con el chasis MP4/2 pero con evoluciones B y C respetivamente. En total 25 victorias y un total de 54 podios entre 1984 y 1987 en 68 Grandes Premios, dos títulos de constructores de McLaren y dos segundos puestos. Una tarjeta de presentación espectacular.

Sin embargo, durante 1987 quedó en evidencia que el motor necesitaba una evolución importante o diseñar uno nuevo. TAG no iba a financiarlo, sobre todo porque Honda quería motorizar a McLaren, entre otras razones porque Ayrton Senna quería ir al equipo de Ron Dennis. Porsche abandonó de nuevo la F1.

En 1991, hace ahora 30 años, volvieron. Las reglas nuevas de tres litros les interesaban y el equipo Arrows de Jackie Oliver lo sabía. El equipo estaba en dificultades pero su patrocinador japonés, Footwork, accedió a salvarlo con dos condiciones: rebautizarlo con su nombre y disponer de un buen motor. Oliver se dirigió de inmediato a Porsche, que diseño un V12 de 3.5 litros a 80º. Pero el motor era muy pesado –190 kilos frente a los 130 del motor Cosworth HB, 140 del Ilmor y Ferrari y 160 del potentísimo Honda–. Su potencia declarada era de 680 caballos de potencia.

El motor tuvo problemas constantes con el circuito de aceite y el conjunto era decepcionante. En los cuatro primeros Grandes Premios de la temporada abandonó en todos ellos y nunca se clasificó entre los 20 primeros. Quizás se hizo todo demasiado deprisa y, desde luego, el chasis Footwork no era precisamente una joya. Ambas partes decidieron entonces separarse y Porsche se retiró de la F1, sin haber vuelto nunca a ella.

Curiosamente tampoco Porsche tuvo mucho éxito en su aventura a finales de los años 80 en Indianápolis. Parece que los monoplazas son su asignatura pendiente… si no fuera por los éxitos del motor TAG-Porsche.