El Rally de Montecarlo 2022 tendrá su base en Mónaco

El Automobile Club de Monaco ha anunciado que su prueba, la primera del Mundial de Rallies de 2022, se disputará del 20 al 23 de enero y tendrá su epicentro en Mónaco, comienzo y final de todas las etapas. Se abandonan así los tramos clásicos de L'Ardèche, de los alrededores de Gap que habían constituido el plato fuerte de la prueba desde 2014, para ceñirse a los Alpes Marítimos y a los Alpes de Alta Provenza.

Hay varias razones para estos cambios. La primera es que Mónaco quiere que la prueba sea todavía más importante para el Principado, tanto a nivel de imagen como respecto al gasto que los participantes y aficionados hacen en el lugar. Pero, sobre todo, es la 90ª edición de la prueba.

Los cambios son tan profundos que el 95% del recorrido es novedoso, al menos diferente al año pasado. Pero quizás lo más aparente será que el famoso Col de Turini se disputará una sola vez y además de noche y en la primera jornada de la prueba, volviendo además a su configuración tradicional, desde La Bollène-Vésubie hasta Le Moulinet, de 23,52 kilómetros. Esta primera etapa, del jueves 20, se completará con otra típica, Luceram-Lantosque –15,31 kilómetros–.

La segunda etapa hace las veces de etapa reina. Son tres tramos que se disputarán dos veces, pero entre ambos bucles sólo habrá una asistencia remota, no un parque de trabajo, lo que la convierte en muy difícil ya que el mínimo error costará mucho tiempo. Las especiales son Roure-Beuil –18,44 kilómetros–, Pierlas-Ilonse –19,90 kilómetros– y LaTour-sur-Tinée/Utelle –21,10 kilómetros–.

La tercera etapa, también sin asistencia y sólo con una parada para cambiar neumáticos y un reagrupamiento en Digne. Comienzo con el Col de St. Michel –18,5 kilómetros– para seguir con St. Jeannet-Malijai –17,04 kilómetros– y Sant Geniez-Thoard –20,76 kilómetros– pasando por el Col de Fontbelle.

La cuarta y última etapa se compone de dos especiales que se repiten. La primera es completamente nueva, La Penne-Collongues –19,45 kilómetros– y después un tramo que se introdujo el año pasado, Briançonnet-Entrevaux –14,31 kilómetros– por el Col du Buis, cuya última pasada será la power stage.

Está por ver si con estos cambios, el Montercarlo renuncia a su condiciones de invernal. De hecho, la nieve no ha sido una característica común como antaño, pero la incertidumbre sobre su presencia o la posibilidad de encontrar zonas de hielo siempre será uno de los atractivos de la prueba.