Red Bull o cuando un punto cuenta

No parecía que tuviese mucho sentido. Se corría el riesgo de perder el punto logrado en pista. Pero el punto de Pérez no importaba. Tampoco el perder un punto en el Campeonato de constructores. El objetivo de Red Bull era privar a Lewis Hamilton del punto de vuelta rápida, proteger al máximo a Max Verstappen.

Pérez marcó la vuelta rápida, pero no se verá reflejada en su casillero porque no acabó en el Top 10. Pero impidió que Lewis sumara 26 puntos en lugar de 25 y que la ventaja de Max sea de ocho puntos en lugar de siete.

En realidad, de esta forma Max arrebató dos puntos a Lewis, uno en la carrera de clasificación del sábado y otro por ese que Pérez 'borró' del casillero del británico.

El Campeonato no ha sufrido un vuelco, todavía no. Simplemente, Red Bull está en equilibrio precario sobre dos ruedas… y habrá que ver si esto acaba en vuelco o la diosa fortuna permite acabar de nuevo con las cuatro ruedas en el asfalto.

Max dispone de ocho puntos de ventaja. Red Bull, cuatro. Me da la impresión de que los austríacos dan poco menos que por perdido el título de constructores… o al menos que no les importa tanto como el de pilotos. Que si tienen que conformarse con una única corona, quieren la del de Países Bajos. No les falta razón: el aficionado se acuerda del piloto campeón y de su coche, no tanto de la marca que se proclama campeona de constructores.

Un Bottas que ha tenido un papel de equipo brutal este fin de semana: propició, dando rebufo, la Pole de la carrera sprint para Lewis y dio paso a Hamilton de forma rápida para que el británico pudiera seguir la suma de vueltas rápidas en su caza a Charles Leclerc.

Y ahora, Helmut Marko, Christian Horner y Max Verstappen querrán buscarse la revancha en Hungría. Un trazado que, a priori, debe serles más favorable.