El coche privado saldrá reforzado del Covid-19, concluye un estudio

El miedo al Covid-19 irrumpe con fuerza en los motivos para comprarse un vehículo. Un 76% de los encuestados valoran la mejor higiene del coche privado y un 68% que reduce las posibilidades de infección. Un 63% declara temer por su salud si hace uso del transporte público o de servicios de movilidad compartida.

Este sentimiento se traslada a la carretera. Un 43% de los españoles declara que ahora usará más el coche. La media mundial crece hasta el 46%, dos puntos más que en el último sondeo. Su auge es a costa del transporte público, que baja del 35% al 33%. El porcentaje restante, el 21%, se declara neutral.

Esta tendencia tiene continuidad en los servicios como Uber. Un 43% declara que ahora recurrirá menos a ellos porque está preocupado por su salud, lo que supone un crecimiento del 3% respecto al último estudio. Los partidarios de estas opciones bajan del 38% al 35%, mientras que el 22% se posiciona neutral.

Algo parecido ocurre con las aplicaciones de movilidad compartida. Los partidarios bajan del 40% al 37% asustados por su salud. El mayor trasvase se produce a la masa de indecisos, que pasa del 18% al 20%. El punto restante se suma a la bolsa de detractores, que sube del 42% al 43%.

El informe de Capgemini detecta una tercera tendencia, además del incremento del uso del coche privado y una sensibilidad creciente por los beneficios que reporta para la salud de uno mismo: un cambio en los hábitos de consumo de quienes quieren adquirir un nuevo vehículo.

El distanciamiento social aleja a la gente de los concesionarios. Casi la mitad de las personas que han participado en el estudio, un 46% en todo el planeta y un 40% en España, declara que prefiere no visitarlos en persona. Llama especialmente el caso de China, origen del Covid-19, que lidera el ranking con un 71%.

La encuesta también concluye que el 35% de las personas están valorando comprarse un coche en estos momentos. España se sitúa ligeramente por encima de la media con un 36%. Casi la mitad de estos compradores en potencia, un 45%, tiene entre 18 y 35 años de edad. En el caso de España, el porcentaje es del 48%.