La junta de culata, esa sencilla pero vital desconocida

Se trata de un elemento que la gran mayoría de la gente ha oído nombrar en más de una ocasión. Pero para aquellos que no sepan en qué consiste, aquí va una pequeña explicación. El motor de combustión, a grandes rasgos, se divide en dos mitades: en la superior –culata– se encuentran las válvulas y bujías encargadas de suministrar el combustible y prender la mezcla. En la inferior se encuentran los cilindros y pistones, donde ocurre la explosión y se genera el trabajo.

La junta de culata se encarga de sellar estas dos mitades para que el conjunto trabaje en estanqueidad, como un bloque compacto. Si ésta falla y hay filtraciones o realiza un sellado que no es correcto, el resultado es una visita segura al taller con una factura de varios ceros.

EVOLUCIÓN

Hace años, estos elementos eran bastante rudimentarios. Para fabricarlas se utilizaba amianto recubierto de un par de láminas de cobre. Actualmente, aparte de haber quedado prohibido por su elevada toxicidad, la industria ha evolucionado mucho en el apartado mecánico.

Los motores cada vez son más potentes y están más ''apretados''. Es decir, se extrae cada vez mayor potencia de cilindradas más pequeñas, lo que genera altas presiones y temperaturas que los distintos materiales deben resistir. Aparte, éstos tienden a ser más ligeros, con el bloque fabricado de aluminio y otras aleaciones ligeras en lugar de fundición de hierro, hecho que los hace más susceptibles a dilataciones térmicas. Por último, las cada vez más estrictas normas medioambientales hacen que se deba asegurar con mayor rigor su correcto funcionamiento.

Todo ello ha hecho que las juntas de culata también hayan tenido que evolucionar a la par. A día de hoy, las más utilizadas y por las que más se decantan los fabricantes son las denominadas Multilámina o Multicapa –MLS por sus siglas en inglés– consistentes en varias capas de acero de distinto espesor y tratamiento. Entre cada una de ellas se aplica una capa de elastómero para disminuir las vibraciones.

CAUSAS DE FALLO

Si se conduce con normalidad, sin forzar innecesariamente la mecánica y con un correcto mantenimiento, muy probablemente no se vayan a detectar nunca problemas por su parte. Ello es así porque el mayor enemigo de la junta de culata es el sobrecalentamiento.

¿Qué hechos podrían derivar en un sobrecalentamiento? Primeramente, una incorrecta refrigeración ocasionada por líquido refrigerante insuficiente o por una mala circulación del mismo. Cualquiera de las dos cosas ocasiona que la junta se deforme con la temperatura y el conjunto pierda la estanqueidad.

Otra razón puede ser directamente una mala colocación de la junta, lo que conllevaría que ésta no reaccionara acorde a las dilataciones del bloque motor, con su correspondiente falta de sellado y la filtración de refrigerante.

SÍNTOMAS DE MAL FUNCIONAMIENTO

Aunque se trate de un fallo bastante grave, los síntomas que puede presentar son varios y bastante llamativos si uno está al tanto de los mismos. El primero de ellos es el propio sobrecalentamiento del motor, que puede ser perfectamente por una fuga de refrigerante. Esto último queda patente si hay una necesidad de reposición continua de este líquido.

Otro síntoma es la presencia de refrigerante en el depósito de aceite y viceversa. Ello se nota porque el líquido adquiere un color marrón claro, parecido al café con leche.

Si el motor produce más vibraciones de lo corriente o tiene dificultades para el arranque, es posible que se haya filtrado refrigerante a una cámara de combustión, por lo que uno de los cilindros no trabaja correctamente.

Éstos son los principales indicios que cualquier conductor puede ser capaz de detectar en el uso cotidiano de su vehículo, pero, lo que más le interesará si se encuentra en esa tesitura es, ¿cuánto costará cambiar la junta de culata?

PRECIOS

Por desgracia, este tipo de averías son costosas de por sí al mínimo de que la junta tenga un defecto. Además, para acceder a ella, el mecánico tiene que desmontar parte del conjunto motor, por lo que la mano de obra también tendrá su peso en la factura final.

El precio de una nueva junta de culata puede oscilar según las características del coche. Se pueden encontrar algunas nuevas desde 350 hasta 900 euros. Tendremos suerte y se reducirá la factura si el taller se encarga y encuentra una usada de repuesto.

La mano de obra dependerá del propio taller, pero no bajará de las 12 horas de trabajo y en algunos casos puede engrosar la factura holgadamente por encima de los 1.000 euros, todo ello en caso de que no haya generado muchos daños al motor y no haga falta cambiar el bloque al completo.