¿Peligra la temporada de F1 por la gestión de Boris Johnson del coronavirus?

Si algunos confiaban en que Mónaco pudiera salir adelante y servir de magnífico entorno a la recuperación de la normalidad, el hecho de que el Principado decretase ayer el confinamiento –incluso cerrando el mítico casino– parece que descarta esa posibilidad. Hay que tener en cuenta que la adecuación del trazado monegasco no es algo que se improvise en un par de semanas.

Sin embargo, soy incluso pesimista. No ya porque en Italia y España la pandemia parece lejos de comenzar su curva descendente, sino también porque en otros países se comenzó con un cierto retraso y en buena lógican también llegará un poco más tarde la luz verde para la actividad normal.

Pero sobre todo soy pesimista por la posición de Boris Johnson, el primer ministro británico. Da la batalla por perdida, intenta primar la economía y no piensa en la paralización de la actividad del país. Es más, diversas fuentes señalan que asume que deberá lidiar con casi 8.000.000 de hospitalizados durante los próximos ¡12 meses! y sus secuelas afectarán al 80% de la población. En otras palabras, cuatro de cada cinco británicos se infectarán y 15 de cada 100 requerirá hospitalización y aunque esperan que la pandemia remita en primavera, hablan de 12 meses de efectos.

Teniendo en cuenta que la mayor parte de equipos están en Gran Bretaña y que buena parte de los proveedores también, ciertamente eso no augura nada bueno para la F1. Bueno, en realidad no augura nada bueno para la sociedad y la F1 será sólo una víctima más de la pandemia.

Es por eso que comenzar en junio me suena muy optimista –y me gustaría serlo– salvo sí, como algunos sostienen, los virus como éste desparecen cuando las temperaturas suben en primavera y verano. Quizás conviene recordar un detalle importante: no se trata sólo de como esté la situación en el país anfitrión del evento, sino también en los países de residencia de los participantes y personas involucradas en el evento.

Me ha sorprendido cómo las motos, MotoGP, han llevado las cosas más lejos. Carmelo Ezpeleta ya dijo en su día que se correría en diciembre si fuera necesario. El presidente de la FIM fue más lejos incluso cuando el viernes dijo "si hace falta correremos en enero". Para las motos la situación es algo más sencilla. Las reglas son estables, no cambian. Todo lo más, marcas y equipos deberían seguir la próxima temporada con el mismo material que ésta.

En F1, por el contrario, la evolución de las mecánicas de un año a otro es importante, mucho más laboriosa y particularmente existe el problema del cambio de reglamento, lo que ya me llevó a preguntarme si la F1 puede afrontar a la vez la salvación de 2020 y el cambio de reglas para 2021. Por todo esto, no puedo sentirme optimista.