Volkswagen y Ford estrechan su cooperación

En el aire hay muchos. FCA –Fiat-Chrysler– ha vuelto a la carga para 'fusionarse' con Renault, que por otra parte está asociada a Nissan, con la intención de hablar con PSA en caso de que no fructifique un acuerdo. Toyota aumenta su participación en Suzuki. Audi, BMW y Mercedes estrechan su colaboración con el coche autónomo. Y las marcas China.

Las razones de estas colaboraciones, alianzas, adquisiciones, fusiones, son claras. El cambio tecnológico que se avecina es imposible afrontar en solitario, no ya por una marca sino incluso por parte de un grupo potente.

Incluso tres marcas que rivalizan duramente por el mercado 'premium', como Audi, Mercedes y BMW, estrechan vínculos. Todo lo que no se ve es susceptible de ser o tener una base común. Y es que los recursos propios son insuficientes para afrontar inversiones de miles de millones de euros que resultan imprescindibles para sobrevivir.

Tal es el caso de Volkswagen y Ford. Los americanos intentaron hace algunos años cambiar de filosofía, de fabricantes a proveedores de movilidad, pero no llegaron a plasmarlo, antes las dificultades del mismo y sobre todo porque la sociedad o los clientes aún no estaban preparado para asumirlo.

La colaboración entre Volkswagen y Ford nació primero en el campo de los vehículos comerciales y ahora se extiende al campo de los vehículos eléctricos y el desarrollo de la conducción autónoma.

Es sólo un primer paso. Ford dispondrá de la plataforma modula Meb del grupo Volkswagen. Un ingeniero la ha definido como un mecano –o Lego– que permite adaptarla a diversas necesidades, tanto de tamaño como de filosofía de vehículo, turismo o SUV, electrificados.

Desarrollar esta plataforma ha podido costar 80.000 millones de euros, difíciles de amortizar sólo por parte de la producción del grupo germano. Y a si esto sumamos los casi 50.000 millones que se supone en medios económicos que ha invertido en tecnologías verdes, nos damos cuenta del costo de todo este sistema.

Ford, por el contrario, está más avanzada en sistemas de conducción autónoma. Recientemente ha comprado la start-up Argo AI, especialista en el tema.

No sería de extrañar que las colaboraciones se ampliasen a otros campos, por ejemplo, las motorizaciones Diesel. E incluso en producciones conjuntas en alguna de las plantas.