Fallece Jessi Combs mientras buscaba el récord femenino de velocidad

Jessi, de 39 años, falleció tras sufrir un accidente al mando de su North American Eagle mientras intentaba batir el récord del mundo de velocidad femenino en el desierto de Alvord, en Oregón. Era algo que se había propuesto y que llevaba preparando desde 2013 junto a Ed Shadle.

"Puede parecer una locura caminar directamente hacia la línea de fuego... sólo los que están dispuestos son los que logran grandes cosas", dijo en uno de sus últimos mensajes de Instagram, en la que se la veía de espaldas, caminando hacía su bólido.

 

 

 

 

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It may seem a little crazy to walk directly into the line of fire... those who are willing, are those who achieve great things. . . People say I’m crazy. I say thank you ;) . . . #fastestwomanonearth #almost #fasterthanfast #jetcar #afterburner #landpseed @landspeed763 #iwillgofaster #gottabreak512 #aimingfor619 #currentlyat483 #northamericaneagle #iafterburners

Una publicación compartida de Jessi Combs (@thejessicombs) el 24 Ago, 2019 a las 2:22 PDT

El proyecto era ambicioso –porque Shadle quería arrebatar el récord absoluto a Andy Green, el único hombre que ha superado la barrera del sonido en tierra–. El objetivo era superar los 1.600 kilómetros/hora y a ser posible, acercarse a los casi 2.500 kilómetros/hora, es decir, doblar el récord actual de Green.

Era asimismo un proyecto low cost. No fabricaron un 'cazarécords', sino que Shadle compró un Lockheed F-104 Starfighter, un caza de combate que la Fuerza Aérea de los Estados Unidos iba ya a desguazar, cuyo motor es capaz de ofrecer hasta 52.000 caballos de potencia, más de dos veces y media la potencia de toda la parrilla de Fórmula 1. Por supuesto, se le retiraron las alas, pero se conservó la deriva de cola, un elemento clave en los 'cazarécords' para conseguir la estabilidad lineal. Y le dotó de una rueda delantera central y dos traseras, todas ellas metálicas para soportar el peso y la velocidad del engendro.

En 2013 Jessi se quedó en puertas de los 640 kilómetros/hora, pero el pasado año, en Alvord, hizo un primer intento a casi 775 kilómetros/hora, aunque no pudo completar el recorrido de una vuelta.

El récord actual pertenece a Kitty O’Neil sobre el Motivator SMI que alcanzó, también en Alvord, en 1976, la velocidad de 825,122 kilómetros/hora. Superarlo era el reto que Jessi ya no podrá completar.