Los Volvo XC60 llegan a Europa desde China... ¡en tren!

No se trata del primer modelo de Volvo que nos llega desde China. Todo es consecuencia de la apuesta estratégica de Geely, la empresa propietaria de la marca, que quiere centrar el grueso de la producción de Volvo en ese país asiático, que además es el principal mercado actual de la firma sueca.

Desde 2017 ya fabrica ahí el S90, mientras que el S60 que se comercializa en Estados Unidos también se fabrica en el Lejano oriente, aunque ha estado en el fuego cruzado de la guerra comercial de la administración Trump.

Volvo ha vendido más de 67.000 automóviles en China en el primer semestre del año 2019. El centro de producción de la marca en ese país está Daging, al noroeste del gigante asiático.

Lo que sí puede considerarse una novedad es que los coches no viajan de China a Bélgica, centro de distribución de Volvo para Europa, en barco, sino que lo hacen directamente en tren aprovechando el enlace ferroviario entre Asia y Europa.

La nueva línea de ferrocarril es un correditor entre Yiwu –cerca de Shanghái– y Madrid, con ramificaciones desde Duisburgo a Londres y Milán, además de otra docena de paradas en enclaves estratégicos. La línea tiene más de 13.000 kilómetros de longitud y comenzó a operar parcialmente en 2014, pero desde 2017 ya está en servicio.

En China, toma parte de la Ruta de la Seda y coincide con el trazado del Transiberiano tras cruzar Kazajistán en Rusia. El tren tarda un promedio de 16 días en completar el recorrido. Lo hace en la mitad de tiempo que un navío.

Aunque el precio del transporte de ferrocarril es más caro que el del barco, el gobierno chino ha hecho de este ferrocarril una prioridad estratégica para sus exportaciones y lo subvenciona.