Newey avisa del peligro que supone la congelación de los motores

No es ningún secreto que Red Bull ha sufrido más de la cuenta para ser rápida en lo que va de temporada. Parte de esas dificultades han sido causadas por el discreto inicio de año  del seis cilindros de Renault, que se mostró especialmente volátil en invierno.

Desde que la FIA prohibiera mejorar el rendimiento de los motores a partir de marzo, la marca del rombo ha centrado todos sus esfuerzos en ingeniar un software que extraiga todo el jugo posible a un tren motriz que ha escalado posiciones en la parrilla carrera tras carrera.

Sin embargo, llegará un punto en el que ese desarrollo sea nulo, y es entonces cuando Newey teme que ciertos equipos dispongan de una ventaja destacada por el simple hecho de equipar una unidad más potente y eficiente.

Existe el riesgo real de que un fabricante acabe con ventaja gracias a esta congelación

"La normativa actual está orientada en torno a los motores, pero eso acabará en algún momento de los próximos años. Existe un riesgo real de que esta congelación, que se producirá de manera gradual a lo largo de los próximos 18 meses, dé como resultado un fabricante con ventaja".

"¿Mantendrán esa ventaja para siempre? ¿El resto deberíamos rendirnos? No me parece que sea una situación muy buena. Creo que hace falta reconsiderar el reglamento", comenta el director técnico de Red Bull.

Newey califica de "coche bastante bueno" al RB10, el monoplaza con el que Daniel Ricciardo conquistó el Gran Premio de Canadá a pesar de contar con un motor inferior al del segundo clasificado, Nico Rosberg.

"El coche parece competitivo en las curvas, pero por desgracia no lo es tanto en las rectas. Todo lo que podemos hacer es coger el ruido y crear la velocidad de paso por vuelta de todos los circuitos a los que vamos, y entonces compararla con la de nuestros rivales".