El paso de Ayrton por Lotus: entrevista a Chris Dinnage

Pregunta: ¿Recuerda la primera vez que conoció a Ayrton? Chris DINNAGE: La primera vez que lo conocí fue en el Pit-Lane, cuando corría para Toleman. Él entonces era otro piloto, vino y saludó. Durante ese año supimos que estaría con nosotros el año siguiente, con el tiempo vas sabiendo más. La primera vez que vino a la fábrica tenía algún tipo de virus en su rostro, era un poco desagradable. Nos preocupaba saber si se iba a recuperar, si podría correr. Pero cuando empezó la temporada ya estaba bien.

P: Imagino que fue estresante para usted, siendo su jefe de mecánicos. Ayrton era famoso por exigir muchísimo de los reglajes. C. DINNAGE: Él era exigente, pero nosotros queríamos hacer un buen trabajo para que pudiera ganar carreras. No fue un problema, sabías que estabas trabajando con uno de los mejores pilotos del mundo y que si le dabas el mejor coche iba a ganar carreras para ti.

P: Jo Ramírez dijo que Ayrton pedía cambios muy sutiles al coche, en su libro era algo escéptico sobre si marcaban la diferencia. C. DINNAGE: La marcaban. Un piloto tan bueno es capaz de sentir esos pequeños cambios, los busca. Es como cuando te arreglas el pelo. Si lo haces de prisa y corriendo quizá te quede bien, pero si vas a salir con una nueva chica intentas hacerlo todo perfecto. Cuando conducen los coches, esos pilotos tan buenos saben qué están haciendo, en todos los aspectos.

P: Ayrton llegó al equipo en 1985 con Elio de Angelis de compañero. C. DINNAGE: Sí, Elio ya estaba por aquí entonces.

Ayrton era exigente, pero sabías que trabajabas con uno de los mejores del mundo

P: ¿Elio se dio cuenta desde el principio de lo mal que lo iba a pasar con Ayrton? C. DINNAGE: No estoy seguro de qué debió pensar cuando Ayrton llegó, pero Elio era un buen piloto, era un buen piloto. Se llevaban bien, pero hacia el final de la temporada Elio empezó a estar un poco frustrado porque Ayrton siempre lo ganaba. No debemos olvidar lo bueno que era Elio. Los tiempos por vuelta de Elio eran muy similares a los de Ayrton, pero al final del día era Ayrton el que siempre ganaba. Elio acabó frustrado y quiso pasar página. Ayrton quería gozar del estatus de primer piloto con otro compañero que siempre le hiciera de número dos, para que así tuviera toda la atención del equipo y los ingenieros.

P: ¿Cree que Lotus habría sido capaz de mantener un trato equitativo entre los dos pilotos, si Elio hubiera continuado en el equipo? C. DINNAGE: Pienso que, para mantener a Ayrton y que renovara con Lotus, necesitábamos tener a un piloto número dos, sospecho. Elio tenía relación con Brabham y se fue con ellos.

P: Siempre se ha dicho que Ayrton quería destruir a sus compañeros, ser siempre el más rápido. C. DINNAGE: Yo no diría 'destruir', pero quería ser el más rápido de todo el pitlane, no sólo más rápido que su compañero de equipo. Era un tipo muy, muy tranquilo, y también muy, muy bueno.

Ayrton quería que todo el mundo lo apoyara, no quería que nadie se distrajera en otro buen piloto

P: ¿Recuerda el invierno de 1986, cuando el equipo quiso a Derek Warwick pero Ayrton dijo que no quería a otro piloto número 1 en el equipo? C. DINNAGE: ¡Sí! Pensaba que Derek sería una amenaza para él. Derek también era un buen piloto, pero la verdad es que no creo que le hubiera supuesto una amenaza. Pero teníamos una relación muy buena con Derek y con Renault, y Derek hizo algún test con Lotus mientras estaba en contrato con Renault. En 1985 fuimos a un test en Brands Hatch, Derek vino y se puso al volante. Ayrton quería que todo el mundo lo apoyara, no quería que nadie se distrajera en otro buen piloto. Cuando se fue a McLaren, McLaren era una organización más grande que Lotus por aquel entonces. Lotus era un nombre importante, pero el equipo era pequeño. Ron Dennis y McLaren tenían más recursos, podían tener dos pilotos número uno y Ayrton no se iba a librar de Prost. Ayrton quería correr ahí porque vio que McLaren era el equipo más fuerte, tenían el mejor motor y eso es lo que quería hacer. Creo que se habría marchado de Lotus al final del segundo año si nosotros no hubiéramos tenido la suspensión activa. Ayrton creía que la suspensión activa era lo que le podría dar su primer campeonato del mundo.

P: En Jerez, en el 1986, Ayrton ganó por apenas 14 milésimas. C. DINNAGE: Sí, con Mansell, ¡me acuerdo de eso muy bien! Fue muy tenso, sí, pero no importó porque ganamos.

P: Con Mansell tuvo otro encontronazo, en Spa-Francorchamps. C. DINNAGE: Ah sí, ahí pasó algo (risas). No fue algo muy diplomático, Nigel vino al box e intentó dar un puñetazo a Ayrton, y tuvimos que ser nosotros, los mecánicos, los que los detuviéramos. Yo estuve ahí, ¡justo en medio de todo eso!

P: ¿Recuerda el momento en el que escuchó por primera vez que Ayrton iba a dejar el equipo? C. DINNAGE: No, la verdad. Recuerdo el día que se marchó del box en Adelaida. Fue un momento triste para todos, pero no recuerdo cuándo lo anunciaron exactamente... Espera, sí. Nos lo dijeron en el Gran Premio de Hungría. Peter Warr nos dijo que Ayrton se marcharía y que Nelson (Piquet) iba a venir. Fue entonces.

McLaren era más grande que Lotus. Lotus tenía un nombre importante, pero el equipo era pequeño

P: ¿Fue doloroso para Lotus ver como McLaren se convertía en la familia de Ayrton?

C. DINNAGE: Ayrton tuvo más éxitos con McLaren... Era un equipo muy bueno con un coche muy bueno y cuando tienes el poder que Ayrton tenía por su talento, puedes ir allá donde te plazca. Todo el mundo querrá que pilotes su coche, puedes escoger. Él tenía una relación fantástica con Ron Dennis y McLaren, hizo carreras fantásticas. Cuando se pasó a Williams parecía que había tomado la decisión adecuada, pero el coche no era tan bueno como el Benetton, así que siempre tuvo problemas. Mantuvo el contacto con Lotus, siempre.

ESPECIAL 20 AÑOS SIN AYRTON SENNA

	MARTÍ MUÑOZ: El paso de Ayrton por McLaren: entrevista a Jo Ramírez
CRISTIAN MESTRES: Querido Ayrton Senna
JOSÉ M. ZAPICO: Lo que ganó Ayrton cuando ya no estaba allí
YAGO CASTRO: Ayrton Senna: 20 años de soledad
CARLOS GAYUBO: Donington, 1993: Vuelta y carrera mágica