Alpine A110 Pure y Légende: refuerzos tras la Première Édition

40 años después, Renault ha decidido resucitar su marca deportiva Alpine. Conserva algunos elementos característicos de entonces: la silueta, la ligereza y un motor que sin ser tremendamente potente, le da prestaciones de primer orden. Sin embargo, ahora el motor va en posición central, signo de los tiempos, y tiene un chasis de aluminio y una carrocería.

Los 1.995 ejemplares de la serie inicial, los Première Édition, se agotaron ya y Alpine ha anunciado la comercialización de las dos versiones de serie, amén de un GT4 para amantes del deporte.

Los A110 Pure y A110 Légende han debutado en el Salón de Ginebra. No hay diferencias mecánicas entre ellos, ambos montan el 1.8 Turbo de 252 caballos y 320 Newton metro que montaba el Première Édition. Las diferencias entre ambos es que el primero es puro placer de conducción y el segundo va más orientado al confort y estilo, aunque es ligeramente más pesado. Eso sí, ambos montan el cambio automático de doble embrague Getrac de siete velocidades.

Alpine A110 Pure

El Pure pesa 1.080 kilos y tiene un equipamiento más deportivo, con asientos en baquet muy ligeros, llantas de 17" y unas suspensiones algo más firmes. El conductor puede elegir entre tres programas de conducción –Normal, Sport y Race–.La tapicería es de cuero y microfibra, con elementos decorativos en fibra de carbono mate, en su equipamiento se incluye navegador, el sistema conectado Alpine MySpin, climatizador y luces led. Opcionalmente se pueden pedir frenos Brembo, llantas de 18", escape deportivo o asientos más confortables si se quiere usarlo de diario.

No obstante, para uso cotidiano, quizás el A110 Légende sea más adecuado. Las llantas de serie son de 18", los asientos confort tienen seis puntos de anclaje y pueden ser calefactados, la tapicería de cuero es específica y la decoración interior es de fibra de carbono negra satinada, dispone de cámara de visión trasera para aparcar y, por supuesto, lleva climatizador, sistema audio Focal –opcionalmente Focal Premium–, navegador y sistema Alpine mySin.

Alpine A110 Légende

La versión GT4 va orientada a la competición, para una Copa Alpine o para competiciones amateurs. Monta frenos Brembo, muelles y amortiguadores específicos, caja de cambios secuencial, elementos aerodinámicos y los elementos de seguridad obligatorios para competir. Quizás lo veamos pronto en rallies cara a cara con su viejo enemigo de siempre, el Fiat 124 Spider, otro deportivo de aquellos 60 y 70 que ha renacido de nuevo.

Sin duda, un coche que despertará la ilusión a muchos nostálgicos o de quienes, simplemente, les gusta rememorar de los mejores años del automovilismo.

HONOR A SU HISTORIA

"No pesan los caballos; pesan los kilos". Así rezaba una publicidad con la que una marca de agua mineral quería darnos a entender las bondades de beber abundante agua y hacer ejercicio para mantenerse en forma. El anuncio en realidad decía "no pesan los años, sino los kilos", pero el espíritu de la frase se puede trasladar perfectamente al mundo del automóvil –si sustituimos los años por los caballos– y define perfectamente los vehículos que vamos a describir.

Ésa era la esencia del Alpine A110 original y la del modelo que 40 años después, mantiene su nombre y ha recogido su herencia.

"Moi, ¡J’ai un Alpine!". Hubo una época en la que cualquier aficionado francés al automovilismo zanjaba cualquier discusión con esta frase. Alpine era el sinónimo del orgullo nacional.

La pequeña marca de Jean Rédélé era el equivalente de la deportividad francesa. Las batallas de los Alpine A110 1.300 S contra los Lancia Fulvia HF en  el mundo de los rallies, épicas. Y después con otros coches, más competitivos, como los Porsche 911, incluso Lancia Stratos.

El A110 original tenía un chasis 'viga' con el motor en voladizo posterior y una carrocería de resina. No precisaba un gran motor para ser eficaz en las carreteras más viradas. Le bastaba con su ligereza. Los primeros ejemplares pesaban sólo ¡565 kilos!

Si en un inicio sus motores eran los Renault más pequeños, desde que pudieron disfrutar del mismo motor R8 Gordini 1.3, pasarlo a 1.440 centímetros cúbicos, montar un Renault 1.600 –que acabó como 1.800–, los Alpine hicieron grandes progresos. Lo mejor del coche fue el saber evolucionar sin perder sus esencias; competición muchos fueron los pilotos que actualizaban su 'viejo Alpine' al instalar las motorizaciones más potentes en cuanto aparecían.

Alpine A110

Quien suscribe estas líneas sólo ha corrido dos veces de copiloto en un Alpine. La primera con Gerard Hoffman y fuimos segundos en un 500 Km Nocturnos de Alicante; la segunda, con César Perajoan, y también terminamos segundos. La sensaciones de ir 'con el culo rozando el asfalto' de lo bajito que era, añadían sensación de velocidad. Y con su motor en voladizo tenía un comportamiento y agilidad peculiares.

Los rallies eran su terreno favorito, pero Alpine también brilló en Le Mans. Pese a sus pequeños motores, en ocasiones de sólo 1.000 centímetros cubícos, conseguían grandes velocidades gracias a su aerodinámica, y eran casi siempre ganadores ‘al índice de consumo’, una clasificación que tenía en cuenta la distancia recorrida y el consumo de combustible.

Todo esto antes de que Renault comprara la marca y la hiciera portaestandarte del rombo para Le Mans, donde consiguieron imponerse y, sobre todo, imponer el motor V6 Turbo.

El Alpine A110 nació en 1961 y estuvo en producción hasta 1978… ¡hace ahora 40 años! En España fue muy popular en las pruebas deportivas porque se llegó a fabricar aquí, aunque con motor 1.108 centímetros cúbicos, que rápidamente era sustituido por un motor 1.300 Gordini 'importado por el monte' por los pilotos. A partir de ahí, mil y una preparaciones, incluido el recurso a motores de otras marcas.

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