Rolls-Royce Cullinan: el SUV de lujo está listo

Los SUV han llegado para quedarse, incluso si para ello tienen que recibir el apellido premium. Pocos podían sospechar que firmas de lujo como Lamborghini o Bentley iban a tener su propio exponente en el segmento de los crossovers, aunque está claro que no serán los dos únicos fabricantes en explorar esta vía. De hecho, Rolls-Royce ya tiene preparado su propio SUV, un producto de lujo que sin ser un crossover en el término más estricto de la palabra, se convertirá en rival directo del Urus y, sobre todo, del Bentayga.

Fue el prestigioso periódico británico The Financial Times quien se hizo cargo de publicar la gran exclusiva al respecto hace tres años, en 2015. Un todocamino cargado de lujos que se mira en el espejo del Bentayga para dar lugar a un modelo que promete ser el más versátil que jamás ha construido la marca. Tiene una carrocería inusualmente alta y elevada, aunque eso no es impedimento, a priori, para que se convierta en uno de los grandes reclamos a nivel comercial de la marca. Tanto es así, que Rolls-Royce espera vender 5.000 vehículos por año con la llegada de este crossover.

Con todo, los datos sobre el primer SUV de Rolls-Royce eran mínimos, más allá de su diseño más alto y de la consabida apuesta por el lujo, junto algunas fotos de una mula de pruebas camuflada. Pero la marca ha continuado con el desarrollo del modelo en regiones especialmente complicadas, sometiendo al modelo a situaciones puramente off road o pistas nevadas que muy posiblemente, nunca llegue a pisar. El objetivo era crear el SUV más perfecto del mundo y para ello ha visitado el Círculo Polar Ártico, las Tierras Altas de Escocia y los cañones de Estados Unidos. Nada podía quedar al azar en esta nueva criatura británica, llamada a redefinir el concepto del lujo.

Además, en un movimiento que parecía pensado para despistar y dar que hablar, la compañía británica anunció que Cullinan sólo hacía referencia al proyecto del nuevo modelo, pero posteriormente, afirmó que sería el nombre definitivo que tendría cuando se comercialice. Y ha sido escogida por un motivo muy concreto: Cullinan es el nombre del diamante más grande del mundo jamás hallado, es una piedra que también se conoce como Estrella del Sur al ser descubierta en una mina de Sudáfrica. Pesa un total de 600 gramos y tiene más de 3.000 kilates. Se podría definir como ‘El Diamante’ y, como cabe esperar, es un símbolo de máximo lujo y una exclusividad sólo al alcance de unos pocos elegidos.

Rolls-Royce pretende que su nuevo SUV desprenda esa imagen en el sector del automóvil, elegir ese nombre es una auténtica declaración de intenciones. De hecho, según afirman desde la propia marca, el objetivo era "realizar una presencia que coincida con la magnífica capacidad de Cullinan, al mismo tiempo que establece los estándares que definen el sector para el lujo y la elegancia".

Giles Taylor, el director de Diseño, Rolls-Royce Motor Cars asegura que "la etiqueta SUV ahora se aplica a cualquier cosa con una silueta de dos cajas y la menor sugerencia de salir de la pista. Visualizamos un auténtico automóvil todoterreno de tres cajas con un diseño desafiante para convenciones y una capacidad absoluta que satisfaría las ansias de aventuras de nuestros clientes".

El nuevo Rolls-Royce Cullinan aglutina mucha tecnología procedente del Grupo BMW y compartida con el BMW X7, entre otros modelos. No obstante, la plataforma se ha desarrollado en exclusiva para el Cullinan y no será compartida con ningún otro modelo del grupo. Dicha plataforma toma como base de partida la 'Architecture of Luxury' del último Phantom y se construye con aluminio, con la finalidad de rebajar el peso todo lo posible. Para animar este excelso automóvil, Rolls-Royce recurre al conocido V12 de 6,75 litros asistido por dos turbos, que desarrolla una potencia de 570 caballos y 850 Newton metro de par. Cifras elevadas, sin duda, aunque su tara está en consonancia con un coche de su tamaño y equipamiento: 2.660 kilos en vacío. No obstante, no es precisamente un automóvil pequeño, ni mucho menos. Alcanza los 5,34 metros de longitud y los 2,16 metros de ancho, mientras que la altura llega a los 1,83 metros.

El habitáculo recuerda a otros modelos de Rolls-Royce, con formas clásicas y materiales de primera línea. Las plazas traseras cuentan con dos opciones de asientos, unos individuales y separados por una enorme consola central o bien, la típica banqueta corrida. Hay muchísimo espacio y detalles como las puertas traseras de apertura contraria –o tipo ‘suicida’– facilitan el acceso de forma exponencial. Además, el Cullinan equipa suspensión neumática, que rebaja su altura 40 milímetros para que el acceso sea todavía más sencillo y cómodo. Una suspensión capaz de realizar millones de cálculos por segundo en base a información relativa sobre la posición del volante, el balance de la carrocería o las imágenes captadas por diversas cámaras.

Respecto al maletero, su capacidad oscila entre los 560 y los 600 litros. Maletero, por cierto, separado del resto del habitáculo por una mampara de vidrio. De esta forma, los ocupantes pueden disfrutar de una temperatura óptima en el habitáculo, aunque el maletero esté abierto. Un maletero, por cierto, que se coloca como el primero con apertura de doble hoja en la compañía. La parte baja, además, incorpora una plataforma con dos asientos retráctiles que se despliegan de forma automática junto a una plataforma entre ambos a modo de mesilla.

Como se ha comentado, Rolls-Royce ha sometido a pruebas off road especialmente duras al primer SUV de su historia y el resultado es un sistema de tracción total que incorpora un sistema de visión periférica, un control de descenso de pendientes y un modo ‘Off Road’. A esto se deben añadir los últimos desarrollos para circular por asfalto, como un eje trasero direccional, control de velocidad de crucero adaptativo, frenada de emergencia con detección de peatones, sistema de visión nocturna…

Por el momento, Rolls-Royce no ha facilitado datos sobre prestaciones o precios para Europa, aunque en Estados Unidos partirán de los 325.000 dólares –unos 274.000 euros–.

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