Mercedes Clase G 350d: de nuevo con mecánica Diesel

El Mercedes-Benz Clase G es uno de los pocos 4x4 auténticos que todavía siguen en activo y más después de una reciente renovación que le permite contar con la tecnología más vanguardista y los materiales más lujosos de la industria automotriz sin renunciar a su estilo original, así como tampoco a su espíritu robusto y salvaje. Rediseñar o cambiar radicalmente el diseño de un coche así sería arriesgado.

El Mercedes Clase G 2018 incorpora un conjunto de ópticas led tanto delante como detrás, nuevos parachoques y estribos, así como unos retrovisores ligeramente más pequeños pero mucho más aerodinámicos. Precisamente en este aspecto, su frontal y en especial su capó también ha sido revisado para mejorar el coeficiente de resistencia al avance. La parrilla, el marco de las ventanillas y la gama de llantas de aleción ligera disponibles se han actualizado igualmente. Sin embargo, los cambios más importantes se encuentran en sus entrañas y en su cabina, donde a simple vista destaca un ambiente más digital y diáfano con notas de lujo y mucha sensación de seguridad.

A pesar de que conserva su arquitectura típicamente 'off road', plano donde destaca un chasis con largueros y travesaños 'a la vista', el habitáculo se ha convertido en un espacio tecnológico coronado por dos pantallas de 12 pulgadas que, ubicadas bajo el mismo cristal, sirven de panel multimedia –sobre la consola central– y cuadro de mandos– opcional, tras el volante–, propio de los últimos vehículos de la casa de la estrella. Por otro lado, el revestimiento de las puertas, las inserciones sobre el salpicadero y los mandos se han actualizado por completo, tan irreconocibles que parecen más propios de un Clase S. Del mismo modo, los asientos delanteros son más deportivos ahora.

El puesto de conducción, según afirma el fabricante, está más centrado aunque no deja atrás una fuerte impresión de dominio sobre la calzada, clara apuesta para aunar el confort y las emociones a bordo de un coche tan especial como el Clase G, único en su especie por combinar las mejores capacidades fuera del asfalto con un nivel de acabados que roza la opulencia. En este sentido, la distribución de espacio entre butacas, banqueta y maletero ha permutado para ganar en todas las cotas de habitabilidad y carga, de forma que la nueva generación del todoterreno alemán por excelencia crece en 53 mimímetros de longitud y 121 de ancho, ningún problema si cuenta con cámaras visión 360º.

Sin abandonar el interior, las butacas de cuero natural están calefactadas y, con el paquete Active Multicontour Seat pueden tener ventilación y función de masaje. El equipo de audio es de alta fidelidad, aunque se puede pedir uno todavía mejor firmado por Burmester con dieciseis altavoces para lograr un sonido envolvente. Lleva GPS y hay un sinfín de nuevos compartimentos portaobjetos en las puertas, bajo el tablero de instrumentos o sobre el tunel de transmisión, áreas que, por si no eran suficientemente lujosas, pueden 'rebozarse' de cuero Nappa gracias al Exclusive Interior Plus, una opción cuyo precio desconocemos todavía pero que seguro no baja del par de miles de euros.

En cualquier caso, incluso sin equipamiento extra, el nuevo Clase G es infinitamente más cómodo que su predecesor, ya que presenta una gran variedad de mejoras para reducir el ruido exterior, las vibraciones y la rigidez de la suspensión. Pero a la vez es más ligero y más eficiente. Por un lado tenemos un revisado motor V8 biturbo de 4.0 litros con 422 caballos de potencia y un par máximo de 610 Newton metro que se conecta a una nueva transmisión automática 9G-TRONIC sincronizada con la tracción integral. Entre las opciones de gasolina tampoco hay que olvidar al Mercedes AMG G 63 con sus 585 caballos.

En cuanto al Diesel, llega ahora al mercado el Mercedes Clase G 350d, que equipa un propulsor de 2.9 litros con 286 caballos de potencia y un par máximo de 600 Newton metro. La marca de la estrella presume de su eficiencia, algo que es posible gracias a la presencia de un convertidor de reducción catalítica selectiva adicional –SCR– con un catalizador de oxidación de amoníaco –ASC– en el escape. El catalizador SCR –reducción catalítica selectiva– reduce los óxidos de nitrógeno –NOx– en los gases de escape. Para ello se introduce en el sistema la solución acuosa de urea AdBlue, lo que permite reducir hasta un 80% de los óxidos de nitrógeno.

En la línea de la tracción a las cuatro ruedas, el Clase G 2018 emplea tres bloqueos de diferencial diferentes y una caja de transferencia que, en condiciones normales, reparte un 40% de la torsión al eje delantero y un 60% al trasero, si bien puede modificarse a nuestro antojo según las condiciones de la calzada. En el marco de las capacidades todoterreno, a esto hemos de sumar una suspensión delantera independiente, unos ángulos de ataque, ventral y de defensa ligeramente mejores, una profundidad de vadeo de 70 centímetros y unos ejes delantero y trasero de nueva horma que, en conjunto, permiten que este coche supere a su antecesor sobre cualquier terreno, por arduo que sea.

En nuevo Mercedes Clase G lleva a la venta desde mediados del año pasado, aunque no ha sido hasta ahora cuando la versión de acceso Diesel se ha puesto a la venta. ¿Su precio? Desde 114.500 euros.