COCHES

CURIOSIDAD

El patrimonio automovilístico cubano

Estos coches se han convertido en un símbolo de Cuba

Sirven como vehículos particulares y taxis clandestinos

Por 25 dólares la hora se puede cruzar La Habana a bordo de un Buick de los 50

José Miguel Vinuesa

0

08 Abr 2017 - 17:57

Cuba, con sus edificios antiguos y su delicada economía. La isla de la gente siempre esperanzada. Pero para un amante de los automóviles, Cuba, retenida en el tiempo con su parque automovilístico de hace décadas, esos coches americanos que simbolizan el momento en el que el rumbo político y económico del país viró hacia otros caminos.

Pero sobre todo, el orgullo de los propietarios de estos coches por sus máquinas, que reparan con lo que tienen a mano, que a veces cambian los motores originales por otros hasta de pequeño barco para poder seguir con su coche en el asfalto. Porque tener un coche es un lujo, claro, pero también una necesidad.

Sí, algunos están casi milagrosamente en perfecto estado, relucientes, casi como recién sacados de fábrica. Incluso mejorados en su aspecto con llantas o escapes, ejemplos raros de encontrar en la isla. Hay muchas cosas que ver en Cuba, pero su patrimonio automovilístico es una de las más interesantes, algo que el fotógrafo Piotr Degler supo captar con plenitud en su libro ‘Cars of Cuba’.

Y no sólo los grandes coches americanos, más o menos en buen estado u originales, sino también la gran flota de automóviles de la Europa del Este, rusos, polacos o checos. Aquellos que, gracias al sistema comunista y las alianzas con la Unión Soviética, Cuba era capaz de importar y poner a disposición del mercado interno. Coches que ahora nos parecen terribles, pero que eran lo más moderno que podía adquirirse. Y esos son también dignos de admirar, por mucho que puedan llegar coches actuales como el Infiniti Q60, auténtica nave espacial en comparación con los de la isla.

Y hay algo que este vídeo de media hora que ha realizado Mighty Cars Mods muestra, más allá de los coches que puedan exhibir. Es esa ingeniería honesta, simple pero efectiva, que los cubanos ponen en práctica en sus coches, en sus reparaciones, en sus mejoras. Con lo que tienen, hacen obras de ingeniería que dejan asombrados a los más meticulosos ingenieros –famosa es la historia de la cabeza de pistón con una lata de refresco–, y permite que coches que deberían estar en un desgüace hace años, sigan rodando. Impasibles al tiempo, luchando contra el mismo.

Ojalá jamás se pierda este tesoro que son los coches en Cuba.