SoyMotor.com por el mundo: Londres, la 'city' de los supercoches

Será por el sentimiento patriótico inglés o porque la mismísima Reina de Inglaterra se mueve en uno, resulta sorprendente la cantidad de Range Rover y Land Rover que podemos encontrar circulando por la city londinense.

Los más extendidos son los grandes Range Rover –normalmente en su versión tope V8- y en menor medida el Evoque. Coches de casi 5 metros y 70.000 libras de media, que campan a sus anchas por la ciudad.

Una de las mejores formas de conocer la capital británica es viajar en los míticos autobuses rojos, tan típicos como modernos –luces LED incluidas- desde donde tendremos las mejores vistas de la ciudad y también de lo que circula por sus calles.

A bordo de los lentos y pesados elefantes rojos conseguí cazar uno de esos superdeportivos únicos, que es verdaderamente complicado ver en carretera abierta. Un Morgan SuperAero, artesanal y del que no se han fabricado ni 1.000 unidades, sólo podía ser aquí, en Inglaterra donde podríamos cruzarnos con semejante rareza.

No podía continuar mi viaje sin realizar una pequeña visita por los concesionarios más emblemáticos. Muchos de ellos se encuentran en la misma calle, una de las que rodean Hyde Park y que también aloja otras tiendas de lujo. Además de los más “comunes” centros de Aston Martin o Ferrari, muy recomendable es el de McLaren, uno de los más lujosos y exclusivos del mundo.

Entre menos pomposidad y moviéndome a mis anchas, pude disfrutar de lo lindo en el de Lotus, uno de mis fabricantes favoritos. Pese a que no tenían un Elan recién restaurado, si que tenían a disposición del visitante un Lotus de F1 y dos unidades de sus coches de calle, un Elise y un Exige. Una camiseta en color British Racing Green se convirtió en uno de mis más gratos recuerdos en la estancia en tierras británicas.

En la estación de San Pancracio encontramos un supercar italiano un tanto especial. Un Maserati Gran Turismo MC Stradale, la versión más extrema del cupé del tridente. Sorprende por sus soluciones tomadas del Gran Turismo de GT como el difusor trasero, el uso de fibras compuestas o los frenos carbocerámicos. Todo ello contrasta con un interior racing pero de diseño anticuado. Todo eso se olvida en cuanto su afortunado dueño da vida al V8 atmosférico de alto giro. Fabuloso.

Italia no está mal representada, como pude constatar el primer día con un par de F430. Cerca de los lujosos almacenes Harrod’s un Ferrari 458 Italia negro azabache se escabullía entre el tráfico mientras aullaba a altas revoluciones. Quizás por menos común y por su mayor precio, me sorprendió este F12 Berlinetta. A su lado lucía coqueto el roadster más vendido del mundo, que ya ha superado el millón de unidades.

Los clásicos también son protagonistas en Londres. Allí donde un 911 de última generación no te deslumbra por su normalidad, aparece un nueveonce de los 70, un Datsun 280ZX o Aston Martin DB9. Sorprende lo impolutos que lucen pese al caprichoso tiempo londinense, todo una clase de cultura automovilística.

La calidad del parque rodante también se muestra en otros automóviles, quizás menos espectaculares pero que dan cuenta del buen gusto de la afición inglesa por las cuatro ruedas: coches hechos para divertirse al volante como el Toyota GT86, el Honda S2000 (¡de serie e impoluto!) o incluso un Caterham en medio de autobuses de dos pisos y dos metros de ancho.

Por último, no menos comunes, pese a superar las 200.000 libras tenemos una amplia representación de Bentleys y Rolls Royces. Los Continental GT poco más y los regalan con los cereales.

Con los 911 pasa parecido, pese a ello me topé con unos más que interesantes 911 Turbo S con unas preciosas llantas monotuerca o un GT3 enjaulado.

Asi que ya sabes, la próxima vez que vayas a Londres, no olvides tener tu cámara o Smartphone siempre lista ¡nunca sabrás donde aparecerá el próximo superdeportivo!

Pd: Y si te has quedado con ganas de más, no olvides pasar por el kiosko más cercano, impresionante la oferta disponible. Eso sí, el precio medio ronda los 5 euros por revista.