¿Qué hacer en caso de riada?

Prevención y calma. Es fácil decirlo, pero no se pueden perder los nervios. En primer lugar, no se deben provocar las situaciones de peligro y jamás debemos cruzar un cauce de agua o una carretera inundada a pesar de conocer el terreno o la citada vía. El agua se mueve a gran velocidad, está turbia y no sabemos si hay algún obstáculo bajo el cauce o incluso si ha habido algún tipo de hundimiento que aumente la profundidad teórica. Si el agua supera el eje de las ruedas, conviene no cruzar.

Si por el contrario, el vehículo se ve sorprendido por una riada de agua y empieza a ser arrastrado, la Dirección General de Tráfico (DGT) recomienda salir como sea. Hay que tener en cuenta que en una corriente de unos 40 centímetros de profundidad la mayoría de coches ya serían arrastrados, pero en cauces de 60 centímetros cualquier vehículo flotará. Ni siquiera los todoterrenos se salvan de este hecho, ya que además la fuerza de la corriente hay que tener en cuenta el empuje vertical del agua que hace 'flotar' nuestro vehículo.

Llegados a la situación de estar dentro de un vehículo que está siendo arrastrado por la corriente o que está atrapado en un cauce de agua, la DGT explica cómo debemos abandonar el vehículo. En primer lugar debemos intentar salir por la puerta, aunque posiblemente la altura del agua no deje abrirla. Siempre se debe optar por la puerta o las puertas que estén en el lado contrario de la dirección de la corriente.

La siguiente opción es salir por la ventanilla. Es factible que el sistema del elevalunas eléctrico no funcione al estar empapado, por lo que se puede proceder a romper el cristal con algún objeto punzante o contundente  tomando las precauciones pertinentes. La otra opción es salir por el parabrisas. Debemos empujar con las piernas apoyados en el asiento para sacarlo de su posición. Y siempre, sea cual sea la opción elegida, hay que procurar salir por el lado contrario al de la corriente. Ser rápidos es fundamental, aunque nunca se debe perder la calma.