El Citroën que popularizó las carrocerías hatchback ya tiene 90 años

Hoy en día, las carrocerías hatchback, es decir, de pontón trasero, son habituales y casi obligadas en los coches de menor tamaño y también en los SUV. Ofrecen una clara ventaja: la facilidad de carga del vehículo y un aprovechamiento máximo del espacio abatiendo los asientos posteriores.

Para muchos, al menos en España, el Seat 127 o el Renault 5 fueron los primeros coches de este tipo. Y es cierto, no había prácticamente modelos anteriores con esta característica, salvando el caso de los familiares, pero en estos la filosofía era otra.

Sin embargo, las carrocerías de este tipo han cumplido 90 años. El primer automóvil que las ofreció fue un coche importante, pero que es recordado por otros motivos, como ser el primero en popularizar la tracción delantera.

Tanto es así que el Citroën 7 fue conocido popularmente como el ‘Traction’ o ‘Traction Avant’, signo que lo distinguía de todos los modelos fabricados en gran serie. Se presentó en 1934 y su vida, con las diversas evoluciones –los 8, 10 y 15– se prolongó hasta el último día hábil de 1956. En ese lapso de tiempo se produjeron casi 760.000 ejemplares, pese a que convivió con la Segunda Guerra Mundial.

En Citroën lo llaman asimismo el ‘coche de las 100 patentes’, dadas las innovaciones que presentaba tanto en soluciones técnicas como de confort: tracción delantera, carrocería monocasco, altura libre al suelo rebajada, aerodinámica cuidada, motor y cambio compactos, válvulas en la culata, suspensión por barras de torsión en las cuatro ruedas y un notable etcétera… incluido cambio automático, que llegó un poco más adelante, etc.

Lo de ‘7’ hacía referencia a la potencia fiscal del modelo, inicialmente con motor de 1.303 centímetros cúbicos y 32 caballos. El 9, también denominado 7 B, recibió un motor ligeramente más potente y el 11 llegó más adelante con motores que fueron de 46 caballos al inicio hasta los 68 al final.

El 11 tenía la misma línea que el 9, pero era algo más largo y sobre todo 12 centímetros más ancho. Y en 1938 apareció una versión denominada familiar con batalla alargada, que muchos consideran dio origen el primer ‘hatchback’.

No era un familiar tal como lo entendemos ahora. Se abría en dos piezas: la parte superior se levantaba y la inferior se colocaba de forma horizontal, dejando así apertura total de acceso al tradicional maletero.

A aquel C11 Comercial le sucedió o convivió una versión con portón trasero único, con una carrocería algo diferente, que incluía una suerte de maletero integrado en el propio portón.

De hecho, fue el primer coche mixto y Citroën explotó esta característica, su dualidad para ser vehículo familiar los fines de semana y de trabajo los días laborables anticipaba algo que hoy tenemos muy asumido… y que con el Citroën Berlingo adquirió carta de naturaleza propia.