Macan eléctrico: probamos a fondo el SUV con el que Porsche se juega su futuro

Lo que adoran los clientes de Porsche es un SUV para desplazarse a diario, en fines de semana y vacaciones, y ese papel lo desempeñan los dos superventas de la marca: Macan y Cayenne de combustión. El primero ya ha dejado de venderse –se lanzó allá por 2014– pero el segundo aún espera su relevo, y hay novedades con respecto a la controversia generada por Porsche. La marca no detiene su programa eléctrico, y al Taycan y el Macan seguirán el deportivo 718 y un nuevo Cayenne eléctrico, pero sí va a alargar la vida del Cayenne convencional con una nueva actualización híbrida enchufable para atender la demanda de todo tipo de aquí a 2030 y 2035. Así que la marca no ha parado sus planes.

MACAN ELÉCTRICO: TODO UN PORSCHE

Ya lo habíamos probado a fondo en los alrededores de Niza, pero ¿cómo va semejante aparato en nuestras carreteras? Porsche ha querido que lo probáramos realmente a fondo, con un recorrido de casi 600 kilómetros por carreteras y autovías en las que dar rienda suelta a ese espíritu Porsche, y así lo hemos hecho.

Antes, vamos a repasar su diseño, y lo mejor que podemos decir es que, si el nuevo Macan hubiera sido de gasolina, se parecería mucho a este. No hay nada que delate que es eléctrico y tiene unas proporciones muy acertadas: es más ancho, más bajo, algo más largo y tiene la zaga más tumbada. Es sofisticado, pero con cierta sencillez. Las luces son ahora rectangulares, con sus cuatro puntos de luz diurna, y hay una simplificación en favor de formas más puras. Lo mismo sucede en la zaga, con unos pilotos en tres dimensiones que realmente son llamativos y modernos a partes iguales. Gusta especialmente que las puertas no tengan marco, como en el 911… y como en el Taycan eléctrico de Porsche.

INTERIOR: ROZANDO LA PERFECCIÓN

Por dentro, las cosas han cambiado un tanto respecto al Macan actual, lleno de botones. Aquí hay menos teclas y más pantallas, hasta tres, aunque la del pasajero opcional es totalmente prescindible. Sí tenemos una central de buen tamaño y muy cómoda, al igual que la del cuadro de mandos: fácil de leer y con información completa y bien presentada.

El volante es totalmente redondo, de aro fino –mejor para féminas y manos pequeñas– y de acertado diámetro para este tipo de coche, lo que agradecemos los amantes de la conducción. El volante tiene algunos botones de excelente tacto que son fáciles de usar sin tener que aprender tres ingenierías. En cuanto al equipo multimedia, los mapas ofrecen los puntos de recarga si usamos Google Maps y, en general, tiene muy buena disposición de mandos. Solo desentona la palanca del cambio, junto al cuadro de relojes, pero no estorba en la conducción y de hecho es muy práctica, pero es un poco 'rara'. Echamos de menos unas levas de cambio para regenerar energía, los asientos son confortables y duritos, típicamente Porsche, y en la trasera se viaja cómodo y con espacio, tanto como ofrece el maletero, de más de 540 litros, y con 80 litros más delante para guardar los cables.

MECÁNICA: EXCELENTE EN TODO

Hablando de cables, tampoco nos olvidamos de la mecánica, pieza clave en un Porsche. La batería es de 100 kilovatios hora y se recarga a nada menos que 270 kilovatios. Y es que el objetivo de Porsche es este: cargas muy rápidas en el menor tiempo posible cuando vamos por carretera, y de hecho la marca ha pagado una completa red de potentes cargadores en España. Esta carga se completa con una 'normal' de 11 kilovatios que tenemos en los dos lados del coche –la rápida solo en la parte trasera del conductor–, lo que hará nuestro coche más cómodo para cargar en garajes más complicados.

Con esta gran batería, el Macan se ofrece con varias configuraciones mecánicas y potencias: tracción trasera y 360 caballos, tracción total –Macan 4– con 408 caballos, Macan 4S con tracción total y 517 caballos y Macan Turbo con 639 caballos. La suspensión puede ser de muelles convencionales o neumática –opción de 2.700 euros– la más aconsejable, y puede equipar dirección a las cuatro ruedas por 1.800 euros extra. Las autonomías van de 643 kilómetros en el mejor de los casos –tracción trasera– a los 592 kilómetros para el Macan Turbo, todo un 'aparato'. Con estas cifras, el 'peor' Macan acelera de 0 a 100 kilómetros/hora en 5,4 segundos y alcanza los 220 kilómetros/hora de máxima, y el mejor, en 3,3 segundos y 260 kilómetros/hora –limitada– gracias a los más de 1.100 Newton metro de par motor, cifras de auténtica locura.

EN MARCHA: ÁGIL, RÁPIDO Y FÁCIL DE CONDUCIR

Al volante destaca lo a gusto que vas en el interior. Si tuviera que elegir el mejor interior del mundo, para mi gusto, sería el de este coche, con clase, ergonomía, fácil uso y confort, bastante confort. Aunque no deja de ser un Porsche con asientos más bien duros y donde el espacio es correcto, aunque no enorme. Todo esto se olvida a cierta velocidad, donde el coche, al contrario de otros eléctricos, tiene unas ganas de coger curvas inmensas.

A la marca se le ocurrió dirigirnos de Madrid hacia Ávila por la 'Cruz Verde', un exigente puerto de montaña donde el coche dio lo mejor de sí, en especial los frenos, punto débil en muchos eléctricos pero que aquí, como buen Porsche, cumplen. Eso sí, echamos de menos unas levas tras el volante para trabajar con la retención del motor. En vías rápidas, puede ser… muy rápido, y tenemos que andar con ojo para no 'salir en la tele' por exceso de velocidad, porque el coche corre de manera sencilla. Llegamos a Salamanca y fuimos a recargar a un supercargador de Iberdrola realizado en colaboración con Porsche. Nuestro consumo, de 26,5 kilovatios hora cada 100 kilómetros, fue muy elevado, fruto de momentos de gran exigencia, pero algún compañero anduvo por los 22,5 con un promedio de velocidad similar, así que entre esos dos puntos debe estar el consumo final, con una autonomía, en nuestro caso, de unos 300 kilómetros y energía para unos 100 más si hacemos estos últimos a ritmo más tranquilo.

MACAN TURBO: OTRA GALAXIA

El segundo día hacemos el camino de vuelta, Salamanca-Madrid con el Macan Turbo. Con 1.160 Newton metro de par y un motor trasero más potente, el coche es un avión, incluso innecesariamente rápido, pero muy bonito. Se nota el tamaño de sus ruedas y crece el consumo a casi 29 kilovatios hora a los 100 en un ritmo más 'lento' que en el recorrido anterior, por lo que el Macan 4 nos parece ya una buena compra. 

En cuanto a precios: una compra razonable es un Macan 4 –85.400 euros, apenas 3.000 más que el Macan base– o un 4S –92.000 euros– a los que añadir suspensión neumática, dirección trasera y algunos caprichos de seguridad y confort dejarían la factura entre 90.000 y 100.000 euros, lejos de los 116.000 del Turbo, que nos parece ya mucho dinero para un coche.

La conclusión es clara: este Macan es tan buen Macan como el de gasolina: tiene un bonito diseño, excelente mecánica, recarga muy rápida y unas prestaciones de elite. Le faltan apenas unos detalles, como la batería con sistema V2L para poder cargar cosas o las levas tras el volante para conseguir la matrícula de honor. Otra cosa es que, por el precio y las reticencias de los eléctricos en España, sea el 'boom' en ventas que Porsche quiere. La marca es una de las más involucradas en la movilidad eléctrica y tiene especial empeño en conseguir sus objetivos, pero falta que los clientes respondan y se atrevan y, tenemos buenas noticias: el Macan eléctrico no va a defraudarles.