La estatua de bronce de Gilles Villeneuve, robada en la puerta de su museo

En el lugar donde estaba la estatua, tamaño natural, del piloto, sólo restan los pies. La estatua medía 1,68 metros de altura, igual que el malogrado y mítico piloto canadiense. Fue ‘serrada’ de los mismos para poderla trasladar, en un trabajo que seguro requirió tiempo y medios.

No se conocen los motivos de semejante acto vandálico, pero algunos especulan que se trata de un robo con el propósito de fundirla y vender el bronce.

Alain Belegumour, director del Museo, está sorprendido, indignado y entristecido. "Te duele el corazón cuando ves que a la estatua solo le quedan las botas. Para nosotros era un monumento histórico y muy simbólico", declaró al Journal de Montreal. 

El hecho sucedió en la noche del miércoles al jueves. Es posible que pudieron emplear una ‘lanza de calor’ para cortarla y se trasladó en un camión con grúa, aunque por el momento no se han dado detalles.

Belegumour señaló que estaba en estado de shock y lo lamentó mucho más porque "tenemos muy pocos personajes históricos que hayan dejado su huella en Quebec como él. Es una falta de respeto y cultura".

La estatua fue realizada por el escultor Jules Lasalle en 1984, hace ahora 40 años, dos años después del accidente mortal del canadiense en Zolder. Fue un proyecto de toda la región y el Museo es uno de los atractivos de la población natal del piloto.

Lasalle está asimismo indignado y explica que  Gilles "fue una de esas pocas personas que se atrevió, que no tuvo miedo de exceder sus límites. Es un modelo y un ejemplo para muchas generaciones".

Según Le Journal de Montreal, la estatua costó en su día 25.000 dólares, el equivalente a 64.000 dólares actuales. Pero el director del Museo señala que el precio es lo de menos frente al valor histórico y el patrimonio de la ciudad.

Entre tanto han surgido varias iniciativas particulares que ofrecer recompensas para quien de pistas que conduzcan a los autores del robo y a ser.

Un grupo de tres empresas locales se han unido para ofrecer 12.000 dólares si devuelven la estatura en buen estado. Posiblemente es más de lo que los ‘amigos de lo ajeno’ sacarán vendiendo el metal fundido. "Queremos el monumento. Es parte de la historia de Quebec, de la identidad quebequense. No queremos que esta estatua acabe derretida, debe volver a su base", han señalado.

Los chatarreros de la zona han indicado que el bronce fundido de la estatua no podría valer más allá de 600 dólares. Parece difícil que una obra de este tipo haya sido robada por encargo o vendida a algún coleccionista dado que no sería fácil mantenerla oculta.

Otro empresario ofrece 20.000 dólares a quien proporcione informaciones que lleven al arresto de los ladrones. Se trata de Richard Arel, un empresario septuagenario, 77 años, para más precisión que en su día trabajó en Skiroule como vendedor moto-nieve. Esta era la especialidad deportiva practicada por Villeneuve antes de saltar al automovilismo.  A finales de los 60 conoció a Gilles, le vendió alguna máquina e incluso compitió con él.