¡Ahora, con vídeo!: Probamos el Skoda Kodiaq, evolución con subidón de autonomía eléctrica para el PHEV... ¡123 kilómetros!

Corría el año 2016 cuando Skoda decidió introducirse en el mundo de los SUV. Al menos en la era moderna, porque el 1966 lanzaron el Trekka, su primera apuesta en este sentido. El regreso en la era moderna se dio con el Kodiaq, modelo que estrena segunda generación y del que se ha vendido más de un millón de unidades. Ha funcionado bien desde su nacimiento, por lo que no hubiese tenido sentido una revolución. Salta a la vista en su estética, que mantiene su esencia con un toque más anguloso y deportivo. La parrilla, por ejemplo, es más estrecha y expandida y puede tener cierta iluminación gracias a una tira led opcional que la atraviesa de lado a lado por detrás. Sobre ella está el nuevo logo de la marca, mientras que las ópticas conservan las dos alturas pero de una forma más agresiva. Estrenan además el sistema Top Led Matrix, opcional, que mejora el haz lumínico un 15%.

El lateral es sobrio, con unas llantas que pueden llegar a ser de 20 pulgadas, quizá excesivas para aquellos que pretendan darle cierto uso off-road al coche, algo viable especialmente en la versión que hay con tracción total –acabarán por ser dos–. Además, el pilar trasero viene en plateado o negro según la versión, un cambio que seguramente sea el más visible desde esta perspectiva. En la zaga, por su parte, también cambian a una forma más agresiva y quedan unidas por una tira de color rojo que en este caso no se ilumina.

EL INTERIOR, CON OPCIÓN DE SIETE PLAZAS, ES SU FUERTE

El Skoda Kodiaq se vende de serie con cinco plazas, que es la versión que hemos podido probar durante la presentación nacional, y opcionalmente, previo pago de unos 1.000 euros, con siete. Eso sí, esta última variante queda reservada para los motores de combustión, microhíbrido incluido. El híbrido enchufable viene con cinco asientos sí o sí.

En la parte delantera no hay sorpresas. El espacio abunda, la visibilidad es óptima y tanto los materiales utilizados como los acabados son notables. El cuadro de mandos es una pantalla de 10 pulgadas que no merece pega, mientras que el sistema multimedia se muestra sobre una superficie de 12,9 pulgadas que no viene de serie –ésta es de 10–. Su manejo es intuitivo y sencillo. Además, bajo ella están los Smart Dials. Se trata de tres ruedas analógicas en cuyo interior hay tres pequeñas pantallas para manejar diversas funciones sobre un mismo control. La central, de hecho, es configurable. Se trata de un híbrido entre los coches de antes y los actuales que da un óptimo resultado.

La fila trasera de la versión de cinco plazas es igualmente amplia. Dos adultos viajan sobrados, y un tercero lo hará sin quejarse. Además, estos asientos pueden desplazarse hacia adelante tanto como para hacer que la capacidad del maletero crezca de 725 hasta 910 litros. Cifras espectaculares que tienen su truco, ya que Skoda ha dado el dato teniendo en cuenta la medición hasta el techo y no hasta la bandeja.

UNA GAMA MECÁNICA MUY COMPLETA

La gama mecánica inicial del Skoda Kodiaq es tan variada como completa. En gasolina el acceso es para un 1.5 TSI microhíbrido con 150 caballos de potencia, mientras que en Diesel tenemos dos versiones del 2.0 TDI con 150 y 193 caballos, la segunda con tracción total. Más adelante llegará un gasolina esta vez sin etiqueta eco de 2.0 litros con 204 caballos... y el RS.

En todo caso la estrella es el híbrido enchufable, precisamente el que hemos probado. Con su motor de gasolina y la parte eléctrica aporta 204 caballos y un rendimiento notable en cualquier situación. Pero la clave está en la nueva batería de 25,7 kilovatios hora brutos, que permite una autonomía eléctrica de 123 kilómetros, una cifra que hace posible no gastar un ápice de gasolina en el día a día. La velocidad máxima en este modo es de 140 kilómetros/hora. Además, esta batería permite recarga por corriente continua a un máximo de 50 kilovatios, lo que posibilita recuperar el 80% de su capacidad en menos de media hora.

UN SUV PENSADO POR Y PARA EL CONFORT

La duración de la prueba realizada durante la presentación del Skoda Kodiaq no fue muy extensa, pero sí lo suficiente como para darnos cuenta de que su carácter no ha cambiado. Es un SUV en el que el confort es lo más importante. Nuestra unidad contaba con la amortiguación variable, pero en cualquiera de las posiciones se notaba que la carrocería hacía el 'efecto barco' ante las irregularidades de la carretera. No es una crítica. Está concebido así y seguramente no habría tenido sentido de otra forma.

Como es costumbre en el grupo Volkswagen, la dirección es otro de los puntos a destacar. Suave, precisa y de tacto muy agradable. No tanto el freno, que en el caso del híbrido enchufable deja notar su carácter electrificado. Eso sí, al menos el recorrido del pedal, pese a no ofrecer una respuesta natural, es constante, con lo que no se producen imprecisiones al decelerar.

DISPONIBLE DESDE 36.000 EUROS

El nuevo Skoda Kodiaq se vende en España a partir de 35.950 euros, cifra que corresponde a la versión microhíbrida de gasolina de 150 caballos. El Diesel empieza desde 38.850 euros para el de 150 caballos y a partir de 41.750 euros para el de 193. Por su parte, el híbrido enchufable, con derecho a los 7.000 euros de descuento del Moves, empieza a comercializarse desde 42.300 euros. No hacemos más distinción porque todas las unidades llevan cambio DSG automático de siete velocidades salvo el PHEV, que es de seis.

Por último, apuntar que en un coche de este tamaño –4,76 metros– las mecánicas Diesel tienen mucho sentido, pero el precio del híbrido enchufable en comparación con ellas, la suavidad con la que se comporta y ese descuento mencionado del Moves hacen que, seguramente, sea la versión más apetecible.