¡Alerta terrorista! La increíble historia del camión nuevo, robado por su chófer, que llegó hasta al centro de Valencia

Sin poder alcanzarlo y mucho menos detenerlo, la policía trata de rodear el camión, pero el caos llega al centro de la ciudad, donde la cabina tractora, completamente nueva —el cuentakilómetros marca 60 km. cuando termina el recorrido— circula ya sobre tres ruedas, soltando un mar de chispas a su paso y con la tapa del motor levantada. En la confluencia de la Gran Vía con la Plaza de España, completamente abarrotada, el conductor decide detener el vehículo, y ya rodeado de policías, intenta huir, aunque es detenido tras oponer resistencia. Han sido 13 minutos de trayecto que han mantenido en vilo a Policía Local, Nacional, Guardia Civil, pero ¿qué demonios ha ocurrido?

SIN VÍCTIMAS… DE MILAGRO

Meses antes del siniestro, una empresa de transporte de Murcia encarga un nuevo camión al concesionario IVECO de Valencia y el 25 de septiembre un chófer va a recogerlo. No tenemos confirmación oficial —hay una investigación judicial en marcha—, pero al parecer el chófer llega a la concesionaria en un estado no apto para conducir, por lo que le niegan la recogida del camión. Sin embargo, su idea es diferente: se hace con las llaves y sale con su encargo. Los nervios le traicionan y se incorpora a la Autovía A-3 en contradirección, pierde la salida de la A-7, que lo debería llevar hacia Murcia, y decide continuar su camino hacia Valencia: el camión se mantiene en contradirección en el carril izquierdo y, quizás por su mayor tamaño y porque no va dando bandazos, se obra el milagro: los conductores lo ven y lo esquivan: cruza el puente de entrada a la ciudad y acelera a fondo al entrar en la avenida del Cid, maniobras en las golpea varios coches de manera lateral, lo que confunde a la policía. ¿Es un kamikaze terrorista o un loco al volante? Una chispa de cordura hace que pase a su carril natural por una zona asfaltada, pero no detiene su cabalgada hacia el centro.

UN DISPARO PUDO CAMBIAR LAS COSAS

Las armas se desenfundan y una de las ruedas del camión explota. ¿un disparo? La Policía no lo confirma, en estos casos la información oficial es la imprescindible para evitar el efecto llamada y destapar los protocolos. El neumático se desprende y la llanta suelta un reguero de chispas. Al menos, el camión no choca contra nada más, pero no seguirá su camino y se detiene en la céntrica Plaza de España, siempre abarrotada a esas horas, ante un público extrañado por lo que están viendo: decenas de policías que se abalanzan sobre el chófer de un camión descontrolado. La potencial tragedia queda en un enorme susto y la mayoría de los que cruzan las calles a los pocos minutos ven solo un camión extrañamente averiado.

El chófer, 45 años, ya está en casa, sin carnet y a la espera de juicio, y el camión, en algún punto entre las dependencias de la Guardia Civil que analizará el tacógrafo –la caja negra que registra todos sus datos– y… de vuelta al concesionario, donde le espera una reparación de entre 15.000 y 18.000 euros, a cuya recogida esperamos que acuda otro chófer.