¿Qué sentido tiene que un eléctrico se llame Turbo? Porsche lo defiende

La lógica es la siguiente: todo el mundo sabe qué significa un Porsche Turbo y cambiarle el nombre confundiría al personal. A ojos de la compañía, mantener la palabra vale la pena porque traza una continuidad con los modelos que ya hay en el mercado y simplifica las cosas a ojos de los clientes. De modo que, aunque no se le puede montar un turbo a un motor eléctrico, el oxímoron vale la pena porque ya hay un trabajo de reconocimiento de marca hecho.

Un portavoz de la marca así lo ha explicado en declaraciones a la edición australiana de Drive.com. “Turbo es una marca nuestra. Lleva existiendo unos 50 años y la gente sabe inmediatamente qué tipo de coche tiene delante, sin importar la tecnología. Te da posicionamiento. Si ves que –el coche– tiene escrito 4S o Turbo, ya sabes exactamente qué tienes entre manos. Los clientes saben con qué están tratando. No creo que vayamos a renunciar a ese nombre en un futuro próximo”, ha dicho Mayk Wienkotter.

 Porsche no es la única marca en adoptar esta estrategia. Más allá de la decisión de Ford de pervertir el nombre Mustang, el caso más paradigmático es el de Xiaomi. Este nuevo fabricante chino causó controversia a finales de 2023 cuando anunció que sus motores eléctricos adoptarían el nombre de arquitecturas de combustión –V6, V8–. Un ejercicio un tanto burdo, aunque eficaz para que todo el mundo se hiciera una imagen mental rápida del rendimiento de cada propulsor.

El Porsche Taycan fue el primer coche eléctrico en recurrir a esta nomenclatura. En los últimos meses, sin embargo, también se ha dejado ver en la nueva generación del Macan, que es completamente eléctrica. En ese modelo, la versión Turbo se va hasta los 639 caballos de potencia y supera en casi 300 al coche base, que se queda en ‘apenas’ 360’.