Alex Palou: las 500 Millas de Indianápolis se acercan y ya se empieza a notar

Ya llevo un par de semanas con los primeros eventos por las 500 Millas, pero estos últimos días han sido otro nivel. De hecho, hace dos o tres días estuve en un evento de DHL para presentar la decoración del coche que usaré en la Indy500. Es un no parar y tiene su punto estresante, porque nadie te deja tranquilo. Tú como piloto sabes que te vienen carreras importantes y quieres estar concentrado, pero nadie te deja en paz. Es parte de lo que hace que las 500 Millas sean una carrera tan grande y, en algunos momentos, es divertido.

Lo que sí que estoy notando es que los eventos que estoy haciendo este año son mucho más grandes que de costumbre, porque ahora en el coche número 10 nuestro patrocinador principal es DHL. Es una de las empresas más grandes de toda la IndyCar y es un honor representarles, y cada vez que me llaman para que vaya a un sitio puedo notar lo grandes que son. Esta semana he estado en Cincinnati para presentar el coche de las 500 Millas, que os puedo decir que rendirá tributo al Mes del Orgullo. Y el evento en sí me dejó impresionado, porque fue dentro de uno de los tres súper hubs internacionales de DHL. Los otros dos están en Leipzig y Hong Kong. Ver uno de esos centros por dentro, con toda su maquinaria, es fascinante. Mueven unos 300.000 paquetes por día y nunca había visto nada parecido. Fue divertido aprender cosas nuevas. Así que sí, la previa de las 500 Millas a veces se puede hacer eterna, pero tiene momentos realmente únicos.

Más cosas: ya me han dado mi calle. Como sabéis, es tradición que las calles de Indianápolis cambien de nombre durante la carrera y que reciban el nombre de los pilotos. En mi caso, la mía es Georgia Street. Y aquí debo decir que no tengo ninguna queja, porque cada vez estoy más céntrico. Aún no me han puesto en la rotonda donde están los campeones, pero en mi calle están los dos restaurantes más grandes y famosos de Indianápolis, así que estoy muy contento. Nada que ver con 2020 y 2021, cuando me pusieron en el quinto pino. Esta vez no me puedo quejar.

Y hace unos días también hicimos una pequeña fiesta en la sede de Chip Ganassi. La ocasión lo valía, porque era la ceremonia de los anillos. Tú como piloto recibes un anillo de campeón de IndyCar cuando ganas el título y yo recibí el mío el año pasado en Laguna Seca, pero en Ganassi lo que hacemos es que le damos un anillo de campeón a todos los trabajadores del equipo. Y en algunos sitios lo que hacen es dárselo solo a los mecánicos e ingenieros del coche en cuestión, pero aquí se lo damos a todos los empleados de la empresa, también a la gente que normalmente está en la IMSA. Es una buena forma de hacer equipo y familia.

Me llevé un buen susto con esto de los anillos. El otro día estaba en casa y me olvidé de dónde había guardado el anillo del campeonato de 2021. Normalmente lo tenía en la mesita de noche, pero hace unos meses nació mi hija y hemos tenido que hacer algunos cambios en casa. Total, que ahora ya no tengo mesita de noche y el anillo no estaba donde tenía que estar. Un buen susto, porque llega un punto en el que te preguntas si quizá lo has tirado sin querer haciendo limpieza, pero por suerte todo quedó en un susto y al final acabó saliendo. Todo controlado.

Ya estáis viendo que estas últimas semanas han pasado muchas cosas fuera de los circuitos, pero no pierdo el foco de lo que de verdad importa: las carreras. Y este sábado tenemos una cita importante con el GP de Indianápolis, la carrera rutera.

Llevamos tres carreras, ya. Podría ir mejor, pero la verdad es que estoy bastante contento de cómo ha empezado el año. Da un poco de rabia que nuestra mejor carrera fuera en Thermal Club, que es justamente la única que no cuenta para el campeonato, pero así son las cosas. De momento, las cosas se parecen bastante al inicio de la temporada pasada, que también estábamos ahí arriba pero no nos acababan de salir las cosas por una cosa u otra.

Cada carrera es una historia. En St Petersburg sufrimos mucho, pero Thermal Club fue todo lo contrario. Luego hice un podio en Long Beach, donde me sentí muy bien tanto en velocidad como en consistencia entre sesiones. Y en Barber remonté de décimo a quinto, compensando una mala clasificación. La estrategia no nos acabó de salir, pero aun así fue una buena remontada.

La sensación es que los Penske son muy fuertes, este año. Son rápidos en todos los circuitos. En Barber hicieron un doblete en clasificación y no veo por qué no pueden hacerlo bien en Indianápolis, que es un circuito rutero que se le parece. Nosotros, los Ganassi, estamos bien. No sé si podremos estar al nivel del mes de mayo del año pasado, que fue casi insuperable. Cada vez que vas a Indianápolis te encuentras un circuito distinto, por lo que no puedes dar nada por hecho. Volvimos a correr ahí en agosto y entonces sufrimos bastante. Hemos estado trabajando para ver qué podríamos mejorar para este año, así que a ver si podemos recuperar un poco el punto de forma y volver a pelear ahí delante.

El paso delante de Penske me recuerda un poco a lo que nos pasó a nosotros en 2022. En 2021 íbamos muy bien y fuimos campeones, pero en 2022 nos tocó sufrir. Y luego, en 2023, nos recuperamos y parecía que nadie nos podía hacer sombra. En IndyCar, las diferencias entre equipos son minúsculas. Todo se decide por pequeños detalles. En ningún caso estamos hablando de ventajas irrecuperables, de que un equipo de repente sea mucho mejor que el resto. Puede ser algo tan simple como que han conseguido hacer el fin de semana perfecto o que han encontrado algo que les permite sacar un punto más de velocidad del coche. No es que hayan ganado velocidad, porque el año pasado ya estaban haciendo poles, sino que lo que han ganado es consistencia. Hasta este año, los motores Chevrolet sufrían un poco más en carrera al gestionar el combustible. Eso este año ya no es así y encima siguen teniendo velocidad, por lo que tienen más punta que nosotros. Pero, como digo, las diferencias son tan pequeñas que todo puede cambiar en un par de semanas. Todo está muy igualado, tanto a nivel de velocidad, como de balance y consumo, porque ahora tanto los Honda como los Chevrolet tenemos más o menos el mismo consumo de combustible. Y eso tan sólo puede significar que tenemos que esforzarnos al máximo, pero nosotros también vamos bien: yo gané en Thermal Club, Scott Dixon ganó en Long Beach y en Barber, aunque la estrategia no acabó de dar resultado, fui el más rápido de entre los coches que iban a dos paradas.