Ben Sulayem se considera víctima de "filtraciones malintencionadas" para tratar de "debilitar a la FIA"

Hace unos días, el presidente fue acusado de dos actos por los que tuvo que ser investigado. En primer lugar, se puso sobre la mesa que habría interferido en la modificación de la sanción a Fernando Alonso en Arabia Saudí el año pasado. El asturiano había recibido una penalización de diez segundos pero, después, se la quitaron y terminó en el podio. A su vez, también se había sugerido que había intentado 'frenar' la homologación del GP de Las Vegas. 

Sin embargo, después de las pesquisas pertinentes, se entendió que "no había pruebas de interferencia". Al menos, así lo afirmó el Comité de Ética de la FIA, encargada del caso. 

Las acusaciones pretendían "desestabilizarme como presidente de la FIA, pero también cuestionar la integridad de nuestra respetada organización", ha afirmado en unas palabras que recoge el portal web Racing News 365. "Estos acontecimientos tienen un claro propósito: golpear el corazón de nuestro liderazgo y socavar los cimientos de nuestra federación", ha añadido. 

A su juicio, ha sido la víctima de "filtraciones malintencionadas de información confidencial y sensible, que han empañado nuestra reputación y causado preocupación entre nuestros miembros". 

Una vez absuelto, y sin cargos a los que responder, Ben Sulayem ha advertido que se mantiene fuerte en su puesto de liderazgo. Está seguro de que no ha hecho nada, y que la decisión del Comité de Ética es la correcta.

"Pero a pesar de estos ataques a mi persona y a nuestra organización en su conjunto, somos más fuertes y estamos más decididos que nunca. Sabemos que el objetivo último de estos actos despreciables era atacarme y debilitar la esencia misma de la FIA", ha relatado.

De esta manera, él continúa comprometido "con un entorno de transparencia, responsabilidad e integridad inquebrantable dentro de la FIA". E insiste en que "sigue siendo fiel a su compromiso".