Wolff cree que la FIA les "atacó personalmente": "Han cruzado la línea roja"

Las indagaciones hacia la directora general de la F1 Academy y su marido comenzaron porque se entendía que la pareja podría estar al tanto de información que no tendrían disponible por los canales habituales. Es decir, podría haber conflicto de intereses. De hecho, la investigación estaba centrada mayoritariamente en el acceso de Toto a documentos confidenciales, concretamente sobre la infracción del techo presupuestario para Red Bull. 

Los equipos rápidamente salieron a negar la mayor y dijeron que ellos no habían tenido nada que ver con la apertura de las diligencias contra el matrimonio. En un principio, se había explicado que ellos fueron los instigadores, pero no tardaron en desmentir esta información. Estaban del lado de la pareja y les quisieron mostrar su apoyo, ya que no habían pedido el inicio de ninguna pesquisa en particular. 

La investigación ya está cerrada, de hecho tan sólo duró 48 horas, pero parece no ser suficiente para subsanar el daño que les han hecho. Toto ha salido en defensa de su familia y ha estallado contra la FIA porque no entiende el motivo de haberles señalado con el dedo. Nadie está conforme con lo sucedido en el paddock, pero mucho menos el matrimonio Wolff. 

"Después de diez años como director de equipo estoy curtido y no me sorprende en absoluto lo sucedido, pero esta historia fue espeluznante. Me vi en medio de un fuego cruzado, pero eso no es problema. En la Fórmula 1 se lucha con los codos fuera, tengo la piel gruesa y puedo soportarlo. Pero cuando la gente la toma con mi familia, estamos hablando de otro nivel. Fue un ataque personal que cruzó una línea roja", ha asegurado muy dolido a SportBild en su primera entrevista tras la apertura de la investigación. 

 "Mi mujer y yo llevamos gasolina en las venas. Pero somos lo suficientemente profesionales como para separar claramente el ámbito laboral del doméstico. Además, no veo dónde se solapa tanto nuestro trabajo", ha confesado visiblemente dolido por lo que ha pasado.

En definitiva, lo ha considerado como un ataque a su familia y no va a pasar por encima como si nada hubiese pasado. Sobre todo, porque no comprende que ni siquiera se hubiesen puesto en contacto con ellos antes de lanzar el aviso de forma pública. 

"Tenemos tres hijos de 6, 19 y 22 años, te puedes imaginar que tenemos nuestros propios problemas", ha añadido sobre su vida familiar y personal. 

"Estaba en una reunión técnica cuando Bradley Lord, nuestro director de comunicación, me transmitió el mensaje de la FIA. Fui a buscar más detalles, pero no había ninguno, ya que la Federación no se había puesto en contacto con nosotros", ha sentenciado.