Austin: el problema puede no ser el asfalto, sino el subsuelo

Los promotores de la pista han hecho diversas actuaciones, pero sólo han servido para paliar el problema de forma temporal. No parece que ello sea voluntad de los promotores, sino que las causas pudieran ser otras.

El diagnóstico es claro: asfalto ondulado. Pero ahora hay que ver las causas que producen esta ‘enfermedad’ del asfalto y elegir el tratamiento más adecuado.

La razón de este recurrente problema no estaría en la realización de la pista, ni el asfaltado, sino en el subsuelo. Un subsuelo no completamente estable, que tiene algunos movimientos, que a la postre provocan estas ondulaciones en el asfalto.

Estos pequeños movimientos podrían no percibirse en un coche ‘normal’ o ser mínimamente molestos. Pero en competición, con coches pensados para un asfalto absolutamente liso, son un problema.

Es otras ocasiones, las ondulaciones se han debido a la rapidez de construcción. Las diversas capas que conforman la pista no se asientan bien y se producen ondulaciones. Pero tras las intervenciones que se han realizado en el trazado es de sospechar que la raíz del problema es más profunda.

Esta es la razón por las cual los coches podrían desgastar más de lo previsto los fondos planos, hasta ser ilegales. Aunque sólo se pudo verificar la infracción en dos de ellos. La FIA sostiene que sólo se verificaron dos coches en los cuales se tuvo sospecha, pero no se puede hacer verificaciones exhaustivas de todos los coches.

Se apuró en este sentido, buscando la altura mínima para tener el máximo efecto suelo, y no hubo tiempo de medir adecuadamente las consecuencias. Había sólo unos Libres 1 donde medir el efecto. Pero entre el control inicial y la verificación final pasaron dos clasificaciones con parque cerrado, un Sprint y una carrera. Entre una cosa y otra no sé podía actuar y a la postre dio un resultado claro: desgaste excesivo.

Es muy posible que en un fin de semana ‘normal’ de Gran Premio, sin sprint, los equipos hubieran detectado el problema.