La hora más larga de Albert Costa

Marc Gené dijo que pilotar la última hora en Le Mans cuando eres líder y ves llegar la victoria, es un suplicio. El menor ruido, el menor movimiento raro de un doblado, la aparición de una bandera… parece que el motor pierde potencia. Cualquiera de estas cosas te coloca al borde del infarto.

Albert Costa ha vivido una experiencia mucho peor. Verlo desde el box, en la pantalla, rodeado del equipo. Todos con caras series, circunspectas, atenazados por los nervios. Un video de su hermano Lluis lo dejaba claro. 

Habitualmente, Albert es casi un manojo de nervios… esta vez no podía siquiera expresarlos. Todo lo más, alguna uña mordida. La procesión iba por dentro. Al volante, por lo menos, eres dueño de tu destino, en el box, estás vendido. Además, Scherer llegaba con una lesión en el pie después de haber sido atropellado por un Corvette.

"He cambiado la forma de frenar y lo he hecho con toda la pierna en vez de hacerlo con el pie. He necesitado un par de vueltas para adaptarme, pero no me ha costado mucho frenar. En los últimos tres días las sensaciones han sido bastante diferentes", ha comentado Scherer tras la carrera en Le Mans.

Ves como a tu compañero le persigue Kubica, le persigue Deletraz. Neel Jani, que sabe lo que es la victoria absoluta en Le Mans…. ¡¡¡y la aparición de un cartel de posible investigación por el último repostaje!!!!... algo suficiente para provocar el paro cardíaco.

Unos minutos más y ¡¡¡EL ESTALLIDO!!! Todos saltando, todos gritando, todos abrazos. Albert el primero, el más eufórico. Ababa de ver algo grande muy grande: ganar Le Mans, aunque fuera en su categoría.

Cuando hace apenas seis meses dejó Lamborghini para abrazarse al proyecto Inter Europol muchos pensaron que cometía un gran error. De equipo ganador en GT a una aventura en un equipo con cierta experiencia pero de los modestos de la categoría.

Desde el primer momento ha dejado su impronta en el equipo. Ha sido el más rápido, ha sabido motivarlo. Sus resultados iniciales en el WEC, por encima de lo esperado… ¡hasta Le Mans!.

Y aquí, donde debía hacerse, la campanada. Albert no es supersticioso. En la clasificación sólo pudo colocar el coche en 13 plaza. Pero ya lo ven, el 13 no siempre trae mala suerte.

Si ya en Portimao y en Spa hubo algún equipo de Hypercar que pasó por el box para ‘saludarle’ y ‘presentarse’, ahora muchos lo habrán incluido ya en su lista, su ‘short list’ cara al futuro.