Llega el 'Fast Friday': la clasificación de Indy 500 necesita una configuración especial

Las condiciones de Clasificación son únicas. De una parte, son cuatro vueltas lanzadas contando el tiempo o promedio total de las mismas. De otra, se afronta la prueba en solitario, no hay aspiraciones que valgan y que permiten ganar unos importantes kilómetros/hora en punta.

Es tan importante que los equipos están no sólo atentos a la velocidad máxima obtenida, por lo general antes de entrar en la curva 3, sino también a la velocidad máxima obtenida en solitario, sin aspiración.

Y, sobre todo, adoptan dos ‘set-up’ diferentes en Clasificación y Carrera. En este último caso, con un poco más apoyo en el eje delantero, para evitar las pérdidas de carga debidas al efecto aspiración o a la turbulencia creada por el coche precedente.

Muchos se preguntan porqué la IndyCar adopta un periodo de pruebas tan grande para Indianápolis. Bueno, ahora se reduce a una semana; hace tiempo era prácticamente todo el mes.

Los cambios de temperatura y del viento –tanto intensidad como dirección– tienen una importancia brutal en Indianápolis. Las velocidades son tan elevadas que cualquier pequeño cambio meteorológico o en el ‘set-up’ tiene grandes consecuencias en el comportamiento de los coches.

Por eso este año se habilitó una jornada de pruebas especial, antes de Alabama, para que todos tuvieran ocasión de familiarizarse con el nuevo ‘aerokit’ de este año.

"Estos ensayos deberían darnos una buena idea de dónde comenzar la puesta a punto, de cómo acomodar el coche a los deseos de cada piloto y en qué áreas se ha de trabajar", ha explicado en un artículo Chris Simmons, ingeniero de Ganassi.

Pero sobre todo estos ensayos tan grandes dan una idea de cómo hay que reaccionar ante los cambios que se presentan, incluso durante la carrera.

"Normalmente buscas que el coche tenga el mejor ritmo posible en los dos últimos stints. La carrera es larga y, por lo general, al final de la misma la temperatura es más alta. Por eso en cada parada vemos algunos pequeños ajustes en las alas delanteras, mínimos, casi imperceptibles".

La razón de pensar en los dos últimos stints es clara. Es el periodo en el que se juega la carrera. Hasta entonces se corre en pelotón, se intenta estar bien colocado para el asalto final. Por ello no se duda en sacrificar un tanto el comportamiento inicial del coche, se puede lidiar con eso y en todo caso es muy probable que el tiempo perdido se recupere gracias a alguna neutralización.

Simmons señala que los pilotos de Ganassi tienen algunas diferencias en cuanto a sus gustos de conducción, pero no son fundamentales, "cuatro o cinco detalles". Esto permite que en las jornadas de test cada uno de ellos pueda llevar un programa diferente; cada uno trabaja enfocado en áreas diferentes y luego se establece el conjunto de soluciones más adecuadas.

Todo este trabajo está ya realizado. Sólo queda aplicarlo. Mañana es la Clasificación, que proseguirá el domingo para los más rápidos. Y, a partir de entonces, sólo dos cortas prácticas para poner a punto el coche cara a la carrera, los últimos detalles, y confirmarlos.