BMW empieza a usar la Inteligencia Artificial en sus controles de calidad de pintura

La inteligencia artificial es uno de los temas de conversación más populares en las últimas semanas. La aparición de los ChatGPT ha creado toda una ola de defensores y detractores, visionarios e incluso augures que nos adelantan un final atroz dominado por las máquinas. Queda mucho para que vivamos en el mundo planteado en la película “Yo, robot”, pero las capacidades de las IA cada día son mayores y muchos analistas afirman que pronto dejarán sin trabajo a una enorme cantidad de personas.

Ya tenemos sucesos de ese estilo, como las empresas tecnológicas, donde se ha procedido a despedir a cientos de personas y sustituirlas por Inteligencia Artificial, que puede hacer el trabajo de decenas de personas en menos tiempo, aunque por el momento, con una menor imaginación y una menor inventiva. Digamos que son más frías, más prácticas y menos pasionales. Algo lógico, por otro lado.

Sin embargo, no todo lo relacionado con las IA es malo, ni mucho menos, la Inteligencia Artificial ofrecerá un servicio sensacional en diferentes áreas. En BMW lo saben muy bien, no en balde, lleva tiempo inmersa en el desarrollo de soluciones mediante IA, ni más ni menos que desde 2016, cuando se asoció con IBM para lo que llaman computación cognitiva de datos y para el desarrollo de sistemas más avanzados. A esto le podemos sumar que en 2021, por ejemplo, presentaron unos coches creados por IA. Realmente solo fue un experimento con la decoración de tres unidades, pero es un comienzo.

Ahora, por otra parte, ha empezado a ampliar sistemas de Inteligencia Artificial a los procesos de producción en la planta de Regensburg, que será la primera fábrica en emplear IA para optimizar determinados procesos en la línea de producción. Concretamente, la IA se centrará en la inspección, procesamiento y marcado de las superficies pintadas de los vehículos, un trabajo que, obviamente, antes lo llevaban a cabo personas. Según la marca, esto garantiza procesos más estables, plazos de entrega más cortos y un alto nivel de calidad de la superficie del vehículo.

El trabajo lo llevan a cabo cuatro robots, que se encargan de lijar, aplican el compuesto de pulido, cambian los accesorios y hasta el papel de lija, mientras unas cámaras siguen todo el proceso. “Lo que es único aquí es que los robots trabajan en cada carrocería exactamente donde se necesita, porque las pequeñas motas y protuberancias que pueden aparecer después de aplicar la capa superior y que queremos eliminar están en diferentes puntos de cada vehículo”, explica Stefan Auflitsch, jefe de producción, aplicación de pintura y acabado en BMW Group Plant Regensburg. “Los robots normalmente están programados para seguir el mismo patrón hasta que se reprograman. El uso de inteligencia artificial les permite trabajar de una manera más personalizada”.

Para que todo esto funcione, antes debe pasar por otro proceso automatizado y que ecosistema en la inspección e identificado de las características que requieren procesamiento después de aplicar la capa final de pintura. Para ello se emplea deflectometría. Mientras que los monitores grandes proyectan patrones de rayas en blanco y negro sobre la superficie del vehículo, las cámaras lo escanean y detectan incluso la más mínima variación en la pintura reflectante a través del cambio en el patrón de rayas, la cámara registra las áreas que se desvían del ideal y transmite estos datos directamente al sistema informático conectado. La computadora guarda la posición exacta, la forma y el tamaño de las desviaciones, crea una imagen digital en 3D a partir de los datos y la clasifica, según criterios objetivos.

El sistema ya sabe tanto como nuestros mejores empleados combinados. Usamos el conocimiento de todo nuestro equipo para finalizar el sistema; el funcionamiento del equipo se basa en la experiencia única de nuestros asociados. Canalizamos su experiencia en la programación; sobre esta base, el algoritmo ahora reconoce y decide objetivamente qué características necesitan post-procesamiento”, explica el gerente de proyecto Daniel Poggensee, planificador estructural de Surface Technology.

De todas formas, los robots no se pueden hacer cargo de todo. Por ejemplo, no pueden procesar los bordes de la carrocería o los milímetros finales junto a la puerta u otras juntas. Tampoco puede hacerse cargo de la tapa del depósito, porque resulta demasiado frágil. Son los empleados los que en última instancia tienen que hacerse cargo de estas partes.