¿Qué es la calefacción estacionaria de un vehículo?

Es un artefacto de cometido y función sencilla, pero que ayuda en gran medida a preservar la salud de la mecánica y a mejorar el confort de nuestro vehículo. Hablamos de la calefacción estacionaria, un ingenio consistente básicamente de una bomba, con manguitos para el combustible, un quemador, un escape y los correspondientes circuitos para el aire y líquido refrigerante.

Su cometido no es otro que ponerse en funcionamiento antes de comenzar la marcha del coche. En el apartado mecánico, este precalentamiento mitiga en cierta medida los problemas derivados de los arranques en frío: elementos móviles con cierto juego debido a que no están suficientemente expandidos debido al calor y lubricantes demasiado viscosos debido a las bajas temperaturas pueden derivar en el desgaste prematuro de los mismos.

Por norma general, es suficiente con dejar el coche al ralentí durante los segundos que tardamos en asentarnos, encender el equipo multimedia y abrocharnos el cinturón, hasta que la temperatura del motor se asienta a unos 95º. Este proceso se puede acelerar con el uso de la mencionada calefacción estacionaria, aparte de que contribuye a alargar la vida útil de la mecánica, pues no precisa de que los mismos elementos móviles estén en funcionamiento para calentarse.

Por supuesto, su funcionamiento conlleva un consumo de combustible, pero éste es mínimo —en torno a 0,1 y 0,3 litros— y termina recuperando y amortizándose una vez el coche está en movimiento, ya que un motor precalentado consume y contamina ligeramente menos durante el período de arranque. También genera cierto ruido, por lo que se hace necesario que el escape cuente a su vez con su propio silenciador.

Por lo general, estos calefactores se colocan en el vano motor del vehículo, en el caso concreto del Grupo Volkswagen, se ubican delante del paso de rueda derecho. Los últimos modelos en llegar al mercado con este sistema permiten activarlo por control remoto a través de aplicaciones móviles, donde se puede consultar y programar la temperatura del habitáculo.

Si te preguntas si es posible añadir este sistema a tu coche de manera 'aftermarket', la respuesta es sí. No obstante, no se trata de un trabajo sencillo ni barato. Éste tiene que llevar su propio cableado y se ha de derivar un circuito de combustible al mismo. Aparte de ello, hay que buscarle un sitio apropiado y, aunque estos calentadores son bastante compactos, no es menos cierto que las mecánicas actuales van bastante apretadas en sus correspondientes vanos. En este sentido, una consideración importante es la de tener especial cuidado con los elementos en el entorno del sistema de escape, pues los elevadísimos calores de escape pueden fácilmente quemarlos.

Existen talleres especializados donde se realizan estas instalaciones, con unos precios de mano de obra entre 300 y 600 euros, a añadir el precio del aparato en sí, que puede superar con facilidad ese precio.