Un mánager de pilotos en Bérgamo: "Muchas categorías pasarán 2020 en blanco"

Mariano Oucinde vive en Bérgamo y se dedica a representar pilotos, negociar por ellos, buscarles patrocinadores y el mejor acomodo en las múltiples y variadas categorías europeas de automovilismo. Creció en Argentina, pero tras una época en España decidió mudarse a Lombardía hace una década, y estar cerca de fabricantes, equipos y componentistas en uno de los mayores núcleos de las carreras en Europa.

Mariano lleva 39 días confinado en su casa. Se confiesa aburrido, pero sobre todo afortunado dentro de la desgracia. De hecho, su cuarentena empezó antes que para el resto de la población bergamasca. Oucinde empezó a sufrir serios dolores abdominales a principios de febrero, que se concretaron días después de una intervención quirúrgica intestinal. El periodo de recuperación habitual era de varias semanas, pero en su caso recibió el alta hospitalaria el día 19 de febrero, tres días antes de los mejores pronósticos que le habían dado los médicos. Justo esos tres días después entraron los primeros cinco casos de coronavirus en ese hospital de Bérgamo, que aún hoy está desbordado por la cantidad de urgencias en su UCI.

Afortunadamente recuperado de su dolencia, pasó a teletrabajar tan pronto como pudo. El primer pilar en caer fueron los calendarios, con los organizadores entre la espada y la pared. Y con la pérdida de seguridades, muchos pilotos han dado un paso atrás: "Los pilotos con contratos cerrados, en general, pueden desvincularse de los equipos sin pagar, si lo quieren. La F1 va por su lado, pero Incluso en categorías grandes, como en la F2, podrán hacerlo si cuentan con los abogados adecuados". 

Esto traspasa una parte sustancial del problema a los equipos: "Muchos de ellos cuentan con personal eventual y colaboradores que simplemente emiten facturas cuando prestan sus servicios. En ese sentido podrán reducir gastos, pero siempre deberán sostener una estructura básica y eso no es barato", explica Oucinde, que se pregunta también qué será de esos profesionales liberales mientras dure la alarma sanitaria. "Mi hijo ha empezado a correr en karting recientemente, y llevamos el casco a pintar justo antes de la cuarentena. Por supuesto no hemos sabido nada de ellos, y no puede ser de otra manera, pero esto castiga seriamente a las empresas y los profesionales de un negocio particularmente inestable", insiste Oucinde.

"Para los circuitos, la situación no es mucho mejor. Imola y Monza, por ejemplo, celebran otros eventos al margen de las carreras, porque éstas ya de por sí son menos abundantes que en otros tiempos… el problema es que también los conciertos y otras reuniones están obviamente prohibidos. Las instalaciones que no sean públicas lo pasarán francamente mal".

RECUPERACIÓN LENTA

Oucinde considera que la recuperación del tejido de las carreras, en campeonatos continentales pero también en los nacionales, será progresiva y no un 'off-on'. Para ilustrarlo, recurre a los patrocinios como primer eslabón: "Yo firmé un pequeño sponsor en enero. Hoy, la empresa está cerrada a cal y canto, y tres de sus empleados han sufrido el coronavirus. ¿Cómo voy a pedirle que mantenga la inversión cuando pase la crisis? Comercialmente va a ser un año duro".

Otro de los factores clave de esta lentitud de reacción será el carácter especialmente internacional de este deporte: "Salir no será fácil para un deporte tan internacional, no todos los países bailarán al mismo compás. En unos meses habrá países como España, Francia o Italia estarán saliendo, pero otros como Reino Unido o Latinoamérica estarán en medio de su propio proceso. Incluso categorías nacionales como la Fórmula 4 italiana tienen un 70% de pilotos que vienen del extranjero. ¿Cuándo se podrá tomar el riesgo de compartir box con un… estadounidense?".

"Ahora mismo, en Italia no hay carreras, ni siquiera en previsión. De hecho, si alguien me propusiese ir mañana a Silverstone, simplemente me negaría. Y lo mismo si fuera el mes que viene. Si en agosto vuelven a Europa con normalidad, lo consideraré un milagro".

Otro posible remedio a una temporada necesariamente castigada pasaría por utilizar 2020 como puente hacia el año siguiente: "Si en septiembre baja la cosa y un piloto tiene 50 ó 60.000 euros para correr y, en lugar de inscribirse en un campeonato muy corto, puede que muchos prefieran hacer test para preparar una temporada 2021 en condiciones".

UN PLAN B PREPARADO

El caso particular de Mariano es ilustrativo del cambio de perspectiva general: "Tenía cinco pilotos prácticamente cerrados en enero. Todos ellos me han dicho que cuando pase el coronavirus, hablaremos de nuevo. Estábamos organizando la apertura de un equipo de Fórmula 4 italiana con personal suizo y brasileño. Todo parado, claro".

Es inevitable pensar en un plan B: "No descarto bajar un peldaño para ayudar comercialmente primero a quienes han sido sponsors de mis pilotos para poder devolverlos más tarde a las carreras. Vino, café, productos químicos… si hay que hacerlo así, lo haremos. Y nos volveremos a ver en los circuitos más adelante", asegura.

Para Mariano, como para tantos otros, estas dificultades se han visto eclipsadas por imágenes como las del Ejército al rescate de un cementerio de Bérgamo colapsado: "Oigo las campanas a muerto a diario y he llegado a ver, en un desplazamiento para hacer la compra, a ocho coches fúnebres haciendo cola. Eso está por encima de las carreras y espero que genere un cierto cambio en el mundo", remata.