Vettel, ante la maldición de julio
Todo el mundo suele tener una espinita clavada, una cosa que le encantaría hacer pero que no ha podido conseguir, y ni el tricampeón del mundo de Fórmula 1 se salva de ella. Y es que Sebastian Vettel no sabe lo que es ganar una carrera del Mundial en Alemania, delante de sus compatriotas. En las cinco veces que ha tomado la salida en una prueba de su país natal no ha sido capaz de abrir la botella de champán en el escalón más alto del podio, aunque sí ha subido a él en dos ocasiones -2º en 2009 y 3º en 2010-. Y eso, para un piloto que ha ganado en tantos países y circuitos es una extraña maldición.